Sunday, September 1, 2013

LO HECHO EN ECUADOR ESTA BIEN HECHO




SÓLO EN ECUADOR
Una pizza puede llegar a tu casa más rápido que una ambulancia.
 
SÓLO EN ECUADOR
En un restaurante la gente ordena locro de cuero, churrasco, torta helada,papas fritas y  cola dietética
SÓLO EN ECUADOR
Tenemos a los mejores atletas discapacitados del mundo en las Olimpiadas; sin embargo, los que están en plenitud de condiciones físicas, por más que se esfuercen, no ganan medallas.

SÓLO EN ECUADOR

Estamos más preocupados por el futuro de la selección Nacional de fútbol que del hambre, la explotación del Yasuní, la pobreza o cosas similares.
 
SÓLO EN ECUADOR.
Es más fácil encontrar una licorería abierta que una Farmacia de Turno.

SÓLO EN ECUADOR.

Podemos tener 10 presidentes (Bucaram, Rosalía Arteaga, Fabián Alarcón, JamilMahuad, Un Triunvirato, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez, AlfredoPalacio y Correa) en tan solo 7 años; mientras que un eterno candidato gana 7 elecciones consecutivas en 4 años y no pasa nada.
SÓLO EN ECUADOR
Existe un pueblo en la Provincia del Cañar que no tiene servicios básicos, sus calles son empedradas, está en el medio de la nada y tiene mansiones con ascensor incluido. 

SÓLO EN ECUADOR
Se requiere un título de bachiller apenas para ser asambleista, (algunos que pateaban bien al balón ni siquiera tienen eso)

LEE LO QUE SIGUE: Si no lo tomas en serio esta cadena, puedes tener siete años de mala suerte (peor aún: te cae el S.R.I o te nombran miembro de la mesa de votaciones).
En Inglaterra, una mujer llamada Diana de Gales no creyó en el poder de este mail y lo borró, rompiendo la cadena. Días después quedó como Cenicienta (su auto se hizo calabaza). Clinton lo estaba leyendo cuando Mónica Lewinsky le hacia 'un favor' . Él simplemente le dio 'delete', sin darle importancia y perdió las elecciones; en cambio, ella sí lo envío y ahora es famosa y millonaria.
En Quito un actor de "pacotilla" lo envió y al otro día fue nombrado ministro de cultura. Una bachiller reenvió el mensaje y ganó la presidencia de la asamblea. (¡¡El sueño de las cenicientas dura hasta la media noche!!)
Por eso manda este mensaje a toda la gente que puedas y reflexiona sobre elnivel de cultura que tenemos en ECUADOR... En ti está comprar un título, como el "primo",  plagiar una tesis y ser gobierno, o cambiar todo esto, simplemente.

Friday, September 21, 2012

POLITICA: UN JUEGO PERVERSO


EL REINO IDEAL DE RAFAEL CORREA 


La delincuencia es un invento de la oposición, vocifera nuestro gobernante desde el poder, rodeado de comandos de asalto, de guardaespaldas abriéndole paso durante sus gabinetes itinerantes, de agentes disfrazados de simpatizantes, más caravanas de ministros junto a sus colaboradores, secretarias, aguateros, pone-alfombras, (porque estas tierras son pródigas en todo, menos en producción), y nunca admitirá que no solo el especialista en robar ancianos, el que vigila los cajeros de los bancos, un taxi amigo sin identificación es delincuente, sino también los grupos económicos del país que se subieron con él en la camioneta del triunfo. 

La inseguridad social es un fenómeno que parte desde las esferas del poder. Las autoridades nunca dirán en sus discursos políticos que la delincuencia es una secuela de la pobreza reinante en la nación, de la falta de oportunidades reales de trabajo, aunque lo piensen, porque ambos componentes –pobreza e inseguridad- sirven para tener en vilo a la población, ocupada en protegerse, mientras sus gobernantes, que parecen ser sus salvadores, tienen vía libre para cerrar grandes negocios con el estado, sin rendir cuentas a nadie. Según el discurso oficial, delincuentes son las clases y grupos sociales opuestos a su forma de interpretar y de hacer política. Igual para la oposición: nadie se atreverá a enfocar de modo objetivo a un sector que en elecciones significan votos. Y los votos –sumando uno tras otro- dan una alcaldía, o la presidencia de la nación. 

El reino ideal del señor Correa es del 30 de septiembre del 2010, cuando una parte del cuerpo policial hizo uso del derecho que le asiste la nueva Constitución, tal es la rebelión al momento de sentirse afectados sus intereses de gremio por las decisiones de otras personas, y la ciudad quedó a merced de los malandrines. Los supermercados fueron vaciados en cuestión de minutos. Grupos de cinco, de diez maleantes, hombres, mujeres y hasta niños con pocas armas, o un pedazo de vidrio en sus manos apenas asaltaron buses, peatones. Los almacenes, recuerdo muy bien, tuvieron que cerrar. En los suburbios, como en el centro de Guayaquil; en la Marín, como en la avenida Naciones Unidas de Quito; en Ibarra, como en Cuenca o Ambato. Fueron instantes de zozobra, porque el país se volvió una tierra de nadie, sin que sus habitantes puedan reaccionar siquiera.   

UN ROBIN HOOD CRIOLLO 

Se podrá argumentar de modo simple y con mucha tromba, que ello es consecuencia de la crisis institucional que vivimos hoy (cómo, si acabamos de fundar una nueva república!), que hay crisis en el sistema judicial, que la corrupción llegó a los límites de lo imaginado y hasta tolerado; sin embargo, más allá de los discursos de tarima política, nuestro amado líder jamás podrá admitir que la delincuencia está compuesta por bandas de desheredados que, al no avizorar una luz en el horizonte que les permita cambiar sus vidas, ya no creen en nada. Muchos de ellos apoyaron a Correa, y lo seguirán haciendo mientras actúe igual al mítico personaje europeo que robando a los “malditos ricos” y entregando sus frutos a los “pobrecitos” (tal la concepción medieval de la opulenta iglesia frente a los hambrientos), despertó grandes simpatías en la población del siglo XIII; épocas en las que el terrateniente era dueño de las mejores tierras cultivables, de animales, bosques, ríos y hasta de las personas que habitaban en ellas. Que habían acumulado muchas riquezas con el trabajo gratuito de sus habitantes, es innegable, aprovechando el hambre y las enfermedades que doblegaban a poblaciones enteras; pero también con el comercio justo y la navegación. El argumento del fabuloso personaje para justificar sus acciones fue que eran fortunas mal habidas y por tanto no constituía delito alguno en arrebatárselas a los ricos y repartirlas a los más pobres. 

Así, éstos esperaban con entusiasmo la llegada del héroe a sus aldeas, y en cada encuentro le relataban los horrores cometidos por los feudales. Poco a poco, el grupo se fue haciendo más grande y lo que en principio eran cinco, diez personas, pronto se volvió un ejército de mendicantes, ladrones de caminos, leñadores y campesinos sin tierra ni dueño a quien obedecer, que vivían refugiados en los bosques, con sus propias leyes, alejados de la voluntad de los castillos y de las ciudades. Pero Robín Hood, no el de las narraciones de niños, sino el de la historia, no pertenecía a la clase de los campesinos; fue un noble que disputaba sus riquezas y posición social con otros de igual índole. Era la lucha descarnada por acceder a la corona de la entonces fragmentada nación inglesa. Y mientras vivía "fuera de la ley", se refugiaba en los bosques y asaltaba las caravanas de mercaderes; dominó los pasos claves de ríos y mares para vaciar los barcos de los nobles que le arrebataron antes sus tierras y negocios. Y una manera astuta de vengarse de ellos fue unirse a los pobres y utilizarlos frente a sus rivales. 

Cuenta la leyenda también que una tarde, cuando el rey de Inglaterra volvía de la cruzada de Tierra Santa, se encontró en los bosques con el rebelde y, tras escuchar sus lamentos, en parte, y al verse sin hombres para luchar contra el asaltante de caminos (Robín Hood cumplió un papel importante durante su ausencia: pues mientras él mantenía ocupados a los otros nobles con la defensa de sus ganancias frente al bandolero, poco tiempo tuvieron éstos para organizarse y nombrar nuevo rey, o erigirse en tal uno de ellos) decidió devolverle los títulos honoríficos y propiedades arrebatadas. El héroe termina casado con una princesa, no con una simple campesina, y los bandoleros vuelven a ser perseguidos como tales bajo la ley de los nobles. 

En nuestro país también tenemos nuestro Robín Hood criollo. Muchos se sienten identificados con su manera de actuar y con su proyecto político: un país de miseria, de poco esfuerzo y de mirar con envidia al vecino que debe esmerarse por conseguir aquello que el de al lado solo desea y espera gratis. El reino ideal de nuestro líder es aquel donde portar dos kilos de cocaína y ser aprendidos, no es delito, porque ello es consecuencia –argumenta- de la pobreza a la que han sido arrastrados por los últimos gobiernos; no por él, aunque ya va seis años en Carondelet. Gracias a esta ley, el vendedor que espera a la salida de los colegios donde estudian nuestros hijos, porta consigo máximo diez paquetitos de un gramo cada uno de polvo! 

EL OTRO LADO DE LAS PALABRAS 


Estos grupos ven cómo sus semejantes -los políticos- saquean las arcas públicas, seguidos por las cámaras de televisión, firmando con plumas de oro, con brindis para cerrar los negocios, rodeados de esbeltas secretarias y movilizándose en suntuosos autos de última generación: robo y abuso descarado de fondos públicos sin ley alguna sobre ellos, que atracan la nación desde la muralla que les protege el poder! Y uno se pregunta, si son padres, cómo no se les eriza la piel al emitir un discurso sabiendo que es mentira! Cómo vuelven a sus casas sonrientes y besan a sus hijos luego de haber ordenado matarse entre hermanos de la fuerza pública aquel fatídico 30 de septiembre del 2010! Y encima, otorgar medallas y pensiones, creando héroes falsos de un acto que nunca debió ocurrir si alguien a la cabeza del gobierno hubiese tenido cinco dedos de frente! Y si Los personajes grises que rodean al venerado líder tuvieran agallas para decirle sus errores, y no dejarse arrastrar por los placeres del poder y la vanidad! 

Cómo son capaces de besar a sus hijos, y mientras lo hacen, están pensando en sus maniobras para hacer daño a quienes piden transparencia en las actuaciones del presidente y sus aliados? Ellos actúan como si salir airosos con sus mentiras fuera la gran realización de sus vidas y el único sentido de gobernar. El doble sentido de las palabras. El otro lado de la ternura, el lado insospechado del amor: la perversidad, convertida en un juego de niños, en una mecha encendida en el corazón de nuestros hijos. La otra nación, la que vivimos a diario en las calles, cada paso que damos, y la del discurso oficial: la del sumac kausay: dos verdades irreconciliables. 

Nuestros hijos en los hogares han perdido de vista sus puntos de referencia, no necesariamente desde el gobierno, sino también de sus padres, y cada cual tiende a agruparse para sentirse protegidos en diferentes sectas comerciales: twitter, el regatón, los emos, los metálicos, los pandilleros, los homosexuales, el futbol: la droga que atiza nuestras preocupaciones citadinas. Todos buscan notoriedad, reconocimiento o compañía. Algunos se identifican con el tono gritón y burlesco del presidente ecuatoriano, otros con las historias individuales de los congresistas: Paola Romo, el sastrecillo y actor frustrado Paco Velasco. Con uno u otro futbolista: Kaviedes o Valencia; pero estos tampoco tienen claras sus ideas del mundo y de cómo gobernar o comportarse, así que toda su existencia se resume, en muchos de ellos, en obediencia al líder y a los mandatos del partido político, o del entrenador.   

PERVERSIDAD Y POLITICA

Perversidad en un gobernante es cuando éste ofrece a la población uniformes, cuadernos, matriculas gratis en los colegios. Bonos de pobreza, subsidios a los pasajes, a los combustibles, casas dignas, microcréditos...pero nunca trabajo, nunca exige esfuerzo para construir una patria nueva, la que se logra con ahorro, con voluntad y atrevimiento, porque ese momento perdería popularidad. El señor Correa no cree que el país deba cambiar. Para qué, si goza del 75% de popularidad, de acuerdo a las encuestas de sus incondicionales? Trabajo hay, el no lo menciona, pero bajo las alas del estado: policías, militares, algún sitio gris en los ministerios. Empleo seguro y bien remunerado. Eso dicen los mayores; mas, lo que nunca advierten a sus hijos, y tal vez no sea necesario, ello es cambio de silencio y obediencia. Se traduce en salir a defender la constitución y las leyes del país en las calles; pero, sobre todo, a cubrir los desaciertos del presidente de turno, a quien ellos deben el alza de salarios y sumisión. No les mueve la razón o sus ideales de juventud, porque han aprendido que éste, y no el del discurso, es el mundo real.   

Los que no gozan de tales beneficios de parte del estado, que en palabras del poder (fuera de micrófonos) son los delincuentes, no se sienten identificados con los valores que la mayoría de población toma como referencia para el comportamiento de sus vidas, ni las bravuconadas del presidente les causa miedo. Ellos a diferencia de sus semejantes políticos, no están dentro de la ley, aunque vayan en autos de lujo recién robados, o se vistan con ropa de marca. Manejan otro lenguaje, el coba, el lumpen. Ellos odian a la sociedad porque se sienten aislados y despreciados por ésta. E imaginan un mundo para sus efímeras vidas sin ley y sin castigo. Ellos ven los grandes atracos a la nación desde el poder y se sienten puros.   

Y mientras más se los excluya, mayor será su resentimiento, porque el actuar del sistema actual de justicia no va contra los grandes asaltantes del estado, sino contra el simple ladrón de un celular, de un par de zapatos usados; en tanto sus similares –los políticos- desde una cadena de televisión anuncian los grandes atracos al país, como logros dignos a imitarse. Ellos nunca estarán unidos en las calles. Saben que andar en grupos es peligroso para su sobrevivencia y por ello irán siempre de a pocos, actuarán unidos cada vez que necesiten algo, se cambiarán de calle, de banco, de cajero, de especialidad; porque la selva es como una guerra de guerrillas, eso han aprendido: actúan rápido y desaparecen a disfrutar de sus pequeños y transitorios triunfos contra una sociedad que los desprecia y los combate. Y volverán a asomar cuando tengan hambre, o el cuerpo pida su dosis diaria de droga. Como nuestros gobernantes políticos: sed de gloria fácil y de vanidad.

Saturday, September 17, 2011

Libia: tiempo de negocios y de justicia



Tiempo de negocios


Firmas francesas, italianas, americanas, todos aquellos que apelaron a la ONU para poner a disposición sus armas, entrarán en Trípoli y exigirán su tajada en la repartición del pastel. ¿Qué importancia tienen entonces unas vidas simples, víctimas de la brutal repressión, en el mercado mundial? Aquí no hubo afán de ayudar a desprenderse al pueblo libio de su dictador; con él o sin él los negocios siguen adelante. Anglo-Dutch Shell, BP, ExxonMobil, Halliburton, Chevron, Conoco and Marathon Oil seguirán haciendo jugosos contratos en Libia; aunque hoy muchos de sus antiguos aliados prefieren muerto a Gadafi. Si es detenido con vida, el tribunal de Den Haag será el mejor escenario para desnudar a muchos de sus antiguos secuaces: Sarcozy, Berlusconi o Blair, por citar algunos más visibles.

Y ¿qué de los derechos humanos? Su antiguo aliado francés lo ha dicho en pocas palabras: business are business. Bertolt Brecht lo dijo mas poético: primero el estomago, luego la moral. En la última visita del sátrapa a Francia, éste cerró contratos con Paris por la envidiable suma de 10 millardos de Euros!! Más la venta de una planta nuclear (con fines pacíficos, se dijo entonces), compras de armamento de punta....una vez firmados los documentos que obliga a ambos estados a cumplir y honrar deudas, Sarcozy pudo entonces morder la mano de quien diera de comer a su pueblo, como estrategia al ver disminuido el apoyo de su gente, de cara a las nuevas elecciones. Y tuvo éxito: Gadafi anda escondido por el desierto y Sarcozy en la cima de los niveles de preferencia para las siguientes elecciones.

Delvover el poder al pueblo


A sus 26 años, Gadafi, luego de derrocar al rey, su estrategia para ser fuerte fue reforzar el ejército y la policía. Luego vino la hora del premio: durante el reinado la nación había conseguido ahorrar muchos millones y éstos fueron repartidos de modo generoso en planes de vivienda barata para los sectores más pobres, subsidios, bonos de educación, alimentos, a fin de asegurar con ellos su permanencia en el poder. Autodenominado Hermano Mayor de Libia y Guía de la Revolución, mantuvo el control de la gente y sus enemigos poniendo brigadas en cada barrio, cuyos miembros eran seguidores de su partido, policías, militares, luego estudiantes adoctrinados, en cada calle y, finalmente, en cada edificio. Durante la década pasada, aprovechando la tecnología, se llegó incluso a vigilar cada calle con cámaras de television, gigantescos e innumerables monitores centrales, cuyos trabajadores tuvieron la ardua tarea de hacer un seguimiento completo de los enemigos del régimen. Era y es como un mapa electrónico gigantesco, conectado todas sus redes a una central de inteligencia cerca a la mansión del coronel.

Es innegable que él gozaba de mucho carisma entre las masas pobres, con sus discursos de cambio de sistema, sus enemigos -maquinados por sus asesores- para crear un ambiente de inseguridad entre la población, como el imperio y sus transnacionales, la oposición política, los empresarios, el aparato de justicia, los medios de comunicación, y ese mensaje enfermizo que poco a poco se fue haciendo adicción en su gente: el miedo a una Libia sin su líder, conseguido a través de generosas inversiones en publicidad. Los bombardeos gubernamentales eran en extremo frecuentes e insoportables. El supo, como ninguno, utilizar la televisión y radio estatal, al final las únicas en la nación, en beneficio propio. No es de admirarse entonces que la juventud de ayer en el mundo haya sentido admiración por él. Fidel Castro nos lo presentó en Sudamérica como un hermano suyo y como tal lo siguieron los intelectuales de izquierda.

Yo soy la democracia”

Era la década de los 60. Los viejas dinastías y reinados llegaban a su fin de mano de jovencitos con ideales de cambio, sus corazones ardientes y los bolsillos vacíos. Pronto empezaría la era petrolera. Y los dictadores se pusieron de moda. El teniente –tal es su grado original, puesto que tras el golpe de estado nunca siguió un curso de ascenso, y lo de coronel fue otra ocurrencia suya-, en uno de sus exabruptos gritó: yo soy la democracia. En su Libro Verde aclara que su ideología se identifica más con la revolución cultural china que con cualquier revolución en otras latitudes -se refería en modo indirecto al modelo cubano-. Con el tiempo el libro fue obligado a leerse en los centros educativos libios, mientras el autor predicaba sus logros en infatigables desplazamientos -con ministros y gente dependiente de su generosidad económica-, de pueblo en pueblo por toda la nación. Cómo no recordar sus infatigables -para él, y aburridos para el pueblo- discursos! Igual que Fidel Castro, ambos tienen el record Guiness de haber hablado más de veinte horas seguidas -micrófono en mano- ante las masas obligadas a permanecer en la plaza!

Democracia es el control de la gente sobre si misma, reza en otra parte del libro. Hasta hoy no sé qué quiso decir con ello, pero durante su régimen fue prohibido reuniones de gremios, las concentraciones de trabajadores y gente en general. No se podía o debía protestar: en 1996 los presos de una de las cárceles más grandes de Trípoli se rebelaron ante las condiciones deprimentes y el trato inhumano que recibían adentro y Gaddafi no tuvo empacho en mandar a aplacar la rebelión con fuego. Se estima que más de 1200 personas fueron asesinadas por sus tropas y hoy los familiares de los muertos han empezado a descubrir las tumbas comunes y clandestinas en diferentes sitios de Trípoli.

El coronel pregona también la descentralización del estado y una democracia participativa directa. Partidos políticos y parlamento sirven a las elites económicas del país y por ello deben ser atacados hasta su destrucción. Con estas frases en su boca y libro, era indudable que Gadafi parecía un intelectual de izquierda y sus miembros lo consideraban uno mas de ellos. El libro y el coronel acabaron por tener constitución.

Pero en un gobierno totalitario, como en la guerra, la verdad muere primero y el ambiente se llena de discursos ardientes, de proyectos sociales al alcance y sueños de la gente pobre, que son mayoría en nuestros países, y un patriotismo enfermizo combinado con música popular, alcohol y farra. Así se engrandece la figura del líder; pero también con supuestos atentados, con situaciones de inseguridad creadas desde el poder y ejecutadas a la perfección por grupos afines al gobierno, aunque la situación desborde el río y luego tengan que echar mano a la justicia para acabar con los "enmigos del estado", como los medios de comunicacion, la empresa privada, o insignificantes opositores políticos -engrandecidos desde arriba para justificar la dureza de sus acciones. Eso pasó en Libia. Eso ocurrió en Cuba, cuando Fidel inventó 542 ataques de la CIA y su figura entre los intelectuales de izquierda se volvió un mito.

Gadafi y la justicia


Pero quién iba a pensar que el revolucionario, a quien el mismo presidente egipcio Nasser admiraba y lo invitaba a las convenciones internacionales para presentarlo a la comunidad árabe como la encarnación de un apóstol de Mahoma (y así murió convencido), iba a traicionar sus palabras y se dejaría vencer por la soberbia y el orgullo de saberse extremadamente fuerte con el gobierno en sus manos. Ahora que anda fugitivo, como esas ratas del desierto que tienen cierta habilidad para deslizarse bajo la arena, sin ser vistas, el día que caiga prisionero no habrá justicia en su país capaz de juzgarlo, porque el sistema judicial tiene nombre y hasta cicatriz en la frente: Gadafi. Si se tomara en cuenta su justicia, el castigo para los traidores es la muerte, igual que el estudiante ahorcado en el año 1984; pero ello es inimaginable hoy en Libia. Con Gaddafi preso, abriría muchas heridas y provocaría demasiadas pasiones encontradas al interior del país, a favor y en contra, y la recuperación económica y social sería lenta, si acaso hubiera una reconciliación entre los grupos tribales, los encargados -hasta ayer- de velar y hacer cumplir los mandatos de su amo -que son muchos y con demasiados privilegiados -me refiero también al círculo interno que tejió ese saco sin mangas que fue Libia hasta hoy, y aquellos sectores y jóvenes -sobre todo- que fueron perseguidos y humillados por el simple hecho de pedir un cambio de régimen a través de elecciones.

La sed de justicia y cambios que pide el pueblo es la peor enemiga de las momias que se secaron en sus ataúdes, mientras afuera la vida cambia y se regenera con más vigor. A Gaddafi le llego la factura. Si paga o no es lo de menos. Nada duele tanto como haber sido rey por 42 años y hoy desde una cueva mirar la llegada de la primavera.


Friday, June 25, 2010

LOS “REVOLUCIONARIOS” O LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES

Los “revolucionarios” ofrecen cambiar los cimientos de la democracia desde su torpe visión de acumular todos los poderes del estado, de adueñarse de las empresas estatales y de los recursos naturales para administrar sus fondos, apoyado por una horda de tecnócratas, intelectuales y más artistas sin empleo que hasta hace poco eran nadie, sobrevivientes de otros clanes políticos que no tuvieron espacio, por pequeños y por manejar proyectos políticos irreales frente al sistema de mayorías móviles que fueron y son grupos de poder con suficientes recursos para “invertir en democracia” de a cuerdo a sus intereses económicos de clan; sin ideología alguna, más que ese afán de saquear las arcas públicas.

Ellos crecieron y se multiplicaron a la sombra de los grandes partidos tradicionales y de sus constantes errores. Hicieron alianzas, pactos, siempre tuvieron su tajada a la hora de repartirse el gobierno, pero nunca el poder. Sus ideales de revolución sólo cabían en sueños y libros, en la cátedra, porque eran demasiado tímidos y amaban tanto su comodidad como para incorporarse a la guerrilla, refugiarse en la selva, calzar botas de caucho, llenarse los pies con hongos, la piel del cuerpo con sarnas, dormir en carpas improvisadas e incorporarse antes del amanecer para seguir escapando o provocando al ejército. Mientras que a Fidel Castro y sus hombres les inspiraba el humo de la pólvora que salía de sus fusiles, nuestros intelectuales –hoy en el poder- ¡no saben qué hacer con un arma en sus manos! Fidel no tuvo empacho en dejar morir al Che Guevara en Bolivia, no tuvo escrúpulos para mandar a fusilar a sus compañeros de lucha, convertidos por él en adversarios políticos. Nuestros revolucionarios temen a las frías mazmorras de la cárcel, para Fidel, cuando joven, fue su hogar. Nuestros intelectuales sueñan con publicar cien libros y que sus nombres brinquen de inmediato en el buscador de Internet, Fidel en cambio recién a sus 80 años, cuando no se ocupa de controlar los hilos secretos del poder, escribe sus memorias. (Lo que asoma en los medios, sus manifiestos, si los analizamos bien, son escritos de otras personas).

Los intelectuales de mi generación y hasta los más jóvenes que hoy están en el gobierno, buscaron siempre al caudillo que les ayudaría a cumplir sus sueños de perro -que ellos no pudieron realizar con sus débiles cuerpos. Y es que para llegar a la meta se requiere de disciplina, cosa que ellos no practican porque arguyen que no “quieren encajonar sus vidas”. Además de constancia, mucha lengua y un curso -no precisamente por Internet- de cómo convertir en diamante una gran mentira. Nuestros intelectuales son demasiado tímidos. Fidel sólo teme al olvido después de muerto. Un “revolucionario” debe tener una energía potenciada, como si bebiera un endiablado cóctel de whisky con Red Bull, un olfato y estómago de mendigo para comer en fina mesa o en el suelo y con los dedos -cuando otros quisieran vomitar. No hay excusa para no asomar donde hay dolor, donde hay tragedia, donde hay futbol porque ello conmueve a la gente, acompañado de las cámaras de TV, reporteros de prensa, en medio de esbeltas secretarias, regios cuerpos de seguridad con gafas oscuras, militares, policías y más payasitos de caravana con título de súper ministros.

El “revolucionario” llegó tarde a la fiesta, cuando la algarabía acabó y en una esquina del salón aún hay algunos borrachitos que tardan en irse porque piensan que la gran celebración aún no ha comenzado sin ellos. E ignoran que hoy el muro de Berlín es un sitio de atracción apenas, al que acuden muchos turistas y soñadores convencidos de que su derrocamiento fue la mejor obra del espíritu revolucionario del siglo pasado. Yo asistí a un ciclo de conferencias en Berlín por aquellos tiempos y pude ver en sus calles a los primeros “escapados” de la Alemania Socialista: venían a comprar bananas, cámaras de video, hasta chocolates y dulces, porque comercio, industria y tecnología al otro lado de la muralla –con tanta intervención estatal- había desaparecido o simplemente se mudó a regiones más prósperas. Y hoy, nadie quiere volver a ello. Fue una estupidez de nuestros gobernantes, que fueron títeres de Moscú, afirman. “Got sei Dank, es is alles vorbei”, dicen, casi queriendo escupir y arrojar de sus cuerpos esos restos de socialismo que siempre llevarán bajo sus pieles.

El modelo cubano que los “revolucionarios” intentan reeditar en nuestras tierras tropicales no funcionó, simplemente. De ello se dio cuenta Fidel y decidió, más que por razones de salud, por cuidar su imagen de cara a la historia, abandonar el escenario político por la puerta de atrás, sin admitir su fracaso en público, porque ello sería un golpe certero de realidad para muchos soñadores del mundo, y en vez de ello encarga los destinos de la isla a su hermano Raúl, una figura menos relevante en la mente de los llamados progresistas, y que abundan en el mundo, que sueñan aún con tomarse el poder con las armas, que creen en la lucha del proletariado (cuando en Ecuador el 31% de los jóvenes están sin empleo, el 55% del total de la población en la subocupación, el 26.5% en puestos públicos que consiguieron apoyando a su líder a cambio de sumisión). Pero Joan Manuel Serrat hace tiempo que no saca un nuevo álbum con creaciones tales como las que nos ponían eufóricos y rebeldes hace más de treinta años, Mercedes Sosa –cuya voz y voluptuosidad nos inspiraba a volvernos los “Robín Hood cholos” contra los “malditos capitalistas”, descansa en una fosa. Alberto Cortés –mi preferido- vive feliz en un asilo de ancianos; mientras Piero –con su corazón revolucionario al servicio de la derecha (dicen los mejicanos a este fenómeno: navegar con bandera de pendejo)- va con sus músicos y coros tan ancianos como él por el mundo, tal un concierto de dinosaurios sobre el escenario.

Los rostros de los hermanos Castro reflejan el espíritu de los jóvenes seguidores de una revolución que fue necesaria en su tiempo y que, una vez despojado del poder Batista y sus grupos económicos tras él, en vez de poner a andar la nación por la senda de la democracia y del desarrollo económico, dedicaron sus vidas –admirables hasta entonces- a luchar por conseguir el control absoluto de la nación, hasta convertirse en el gobierno de una élite política fiel a su líder, no a sus principios, con demasiados privilegios frente a una población que poco a poco se cansó de esperar los frutos del cambio de sistema político-económico y que, al no verlos, muchos decidieron emigrar –los que pudieron- a otras naciones, mientras la mayor parte resignó sus sueños a cambio de un ticket para hacer cola y recibir frijoles, arroz, un paquete con leche en polvo; algo así como el bono de pobreza en Ecuador, o los comedores populares de Perú: se quedó a vivir bajo la protección del estado -a cambio de silencio y obediencia, porque de la comida y la educación se encarga éste, mientras los medios de producción le pertenezcan.

Si tan bueno es el sistema socialista en Cuba, ¿porque su gente trata de abandonar la isla? Meses, años después de instaurado el régimen de Fidel Castro, miles de pescadores arriesgaban sus vidas en sencillas embarcaciones de palos para llegar a las costas de Miami. El gobierno de los Estados Unidos, también de México y varias naciones de Centro América, por razones humanitarias acogieron a los recién llegados, les otorgaban la ciudadanía y hasta trabajo seguro, pero con el tiempo fueron endureciendo sus posturas al ver que ello se volvía un fenómeno migratorio de gran escala e impusieron graves restricciones a los extranjeros; mas ello no detuvo la migración y los cubanos siguieron arriesgando sus vidas para escapar del régimen socialista. En la actualidad nuestro país es para muchos de ellos un sitio de paso a otras regiones, como EE.UU., Canadá, Europa, aprovechando la doble nacionalidad –vía matrimonio, por 200 dólares apenas. A otros se les otorga el estatus de residentes a pocos días de aterrizar aquí; sin mucho trámite y en pocos meses, con la complicidad de las autoridades gubernamentales, ellos obtienen el pasaporte ecuatoriano. El presidente Rafael Correa, a principios de su gobierno, ordenó abrir las fronteras del país al mundo y ello significó que cualquier ciudadano de afuera pueda ingresar acá sin visa alguna, ¡mientras que las autoridades de otros países endurecieron sus leyes migratorias contra los ecuatorianos!

Aquí nadie se ha dado cuenta de que vivimos en plena era del Internet, de que hay un presidente negro en la nación más poderosa del planeta; Avatar es un film, no un estado de ánimo; los jóvenes ignoran quién fue Frank Sinatra y tampoco le gusta las películas de vaqueros. Los rebeldes del siglo XX pasaron años enteros escondidos en las montañas comiendo sopa en latas, arroz con frijoles, picados de las serpientes y los mosquitos, con las barbas largas, no porque ello haya sido la insignia del guerrillero de entonces, sino porque la extinta URSS les enviaba fusiles y balas, menos hojas para afeitarse; nuestros “revolucionarios” en cambio visten ropas y zapatos de marca, se movilizan en automotores de lujo (cada ministro -32 en total- tiene a su servicio autos que en el mercado están sobre los 60 mil dólares. O ¿Cuánto vale el Toyota 4 Runner del ministro de trabajo? US$ 87.990), ostentan relojes suizos en sus débiles y blancas manos. Y mientras ellos hablan de radicalizar la revolución, Raúl Castro tiene la misión de ir sacando poco a poco a Cuba del sistema actual para adoptar otro y no porque el capitalismo ofrezca la mejor alternativa, sino porque el modelo socialista que ellos se esmeraron en cultivar fracasó, así de simple. Deberá esforzarse por quitar a su feudo el honroso título de las naciones menos industrializadas, de bajar los niveles de corrupción (puesto 122 de 188 naciones). Raúl Castro abre las puertas de su país a las inversiones extranjeras, mientras Ecuador las cierra. Que hubo avances después de la era de Batista en el campo de la salud, que nuevos sectores se incorporaron a la repartición de la riqueza interna, que los estándares de vida mejoraron en comparación con el régimen anterior es innegable, ¡pero ello ocurrió hace 50 años! En la actualidad la salud sigue siendo gratuita, pero los enfermos tienen que hacer filas durante uno o dos días para recibir una simple pastilla contra la gripe. O esperar meses, años por una operación complicada y hasta ello el paciente muere; mientras la clase privilegiada en el poder tiene acceso a cualquier servicio sin necesidad de hacer interminables filas. La prostitución no dejó de ser una fuente de ingresos, como en tiempos de Batista, y hoy mucho más entre los florecientes negocios del turismo, manejados por “capitalistas” foráneos, justo yanquis y europeos, mientras los burdeles “populares” siguen en manos locales.

A los caudillos no les interesa el destino de sus pueblos, sino alimentar su ego. Y para ello hay una sarta de aduladores, un equipo domesticado a su modo que inclinan sus cabezas cuando éstos hablan (el miedo a la súbdita reacción del líder los llena de tics nerviosos). Son pintores, cantantes, poetas, catedráticos, cuyas vidas dependen de las arcas estatales para su supervivencia, no de la capacidad de sus oficios. Sus obras reflejan la mediocridad de sus espíritus y estos son -por ende- el reflejo de la calidad de gente que hoy forma parte del gobierno. No hay un escritor, un artista, un intelectual de relevancia en las filas gobiernistas, con una obra sólida y que merezca respeto por sus creaciones y su personalidad. Aquí no hay ideología. Vivimos la era de los tecnócratas, de la burguesía burocrática que, tal sanguijuelas en la epidermis del estado, succionan la sangre hasta dejar en huesos su presa. Lo importante es no contradecir ni enojar al líder, porque ello puede significar el despido. Ellos son los encargados de engrandecer la imagen del ídolo entre la población más joven y más pobre. Los asesores de imagen buscan su mejor perfil para las cámaras de televisión: el hombre grande y fuerte, que siempre toma en cuenta en sus discursos a los hambrientos; el que regala una casita, una tableta, un beso en la mejilla, una foto en plena calle: el perfil del hombre blanco, del capataz de hacienda, porque Ecuador es un país con gente acomplejada de sus orígenes. Aunque el señor Correa comparta su mandato con indios y negros, ello no es por convicción, sino por simple equilibrio de fuerzas entre los sectores que apoyaron su candidatura hasta llegar a la presidencia.

Para ellos la inspiración no viene del hecho grandioso -y a la vez poético que significó la revolución cubana, del cumplimiento de la teoría marxista, como fue la toma del poder por las armas; no viene del heroico asalto al cuartel Moncada, o de la euforia y generosidad de vida que mostró el Che Guevara, al convertir su lucha por una causa noble, como fue la revolución, en la mejor medicina contra su asma y epilepsia. Su fuente de inspiración viene de los fundadores del fascismo en el siglo XIX, Carlyle y Nietzsche, quienes manejaron la idea del súper hombre, del caudillo mesiánico que la tierra engendra cada cien años para imponer su voluntad y al que los demás deben obedecer sin resistencia alguna. No cabe en sus mentes que ellos no son los generadores de algo, sino –como en la genética- el resultado de la evolución social, y que en la historia, Tutankamón, Julio Cesar son nombres referenciales apenas de una época con un determinado proceso económico y político. No que sin ellos las sociedades de entonces se hubieran estancado, sino que tarde o temprano aquel proceso debió ocurrir tal y como hoy está estructurado en los libros. Tal vez habría variado en algo la trama, pero el desenlace sería de cualquier modo el mismo; que se llamen Gandhi, Hitler u Obama es casual: los seres humanos seguimos un ciclo evolutivo, a veces hacia atrás, como nuestro caso, pero ciclo al fin.

El caudillo debe saber cuándo y dónde abrir la boca, debe estar en el sitio y en el tiempo preciso. Si hay una tragedia que conmueve a la nación, él debe ir allí, aunque juegue con los sentimientos de los familiares de los muertos. Se pone poncho y sombrero en reuniones con los movimientos indígenas y campesinos, viste ropa casual para sus reuniones con los jóvenes, trajes Armani y camisas blancas con motivos, no siquiera precolombinos o preincaicos, sino una mezcla burda de líneas tibetanas y guatemaltecas, para sus reuniones con los cuerpos diplomáticos acreditados aquí. Son mil caras en una sola persona, como el monstruo –de la antigua Grecia- que esperaba a la puerta de la ciudad a los extranjeros. Para él la comunicación con las masas es la base de su gobierno, por ello va de pueblo en pueblo con sus ministros. Allí maneja la imagen del padre fuerte, del macho reproductor de la manada que lleva las riendas del estado. Asistir a sus shows es una especie de ritual mediático. Hitler fue un gran orador. Chávez magnetiza a las masas donde quiera que vaya. Es la imagen radiante del poder, un Fidias que cuanto toca se transforma; aunque el personaje de Tebas murió de hambre, porque todo en sus manos se volvía oro, hasta los alimentos que llevaba a su boca. No cabe duda de que se trata de un personaje con instintos políticos y de supervivencia extraordinarios. Un seductor que cuanto mira y toca se transforma en votos. En Ecuador tenemos Correa para largo y aunque muchos le acusen de desarticular la oposición, su golpe de magia fue incorporar ésta a su gobierno, llámese Partido Social Cristiano (hoy Madera de Guerrero), ID, MPD, Pachacutic, hasta el MIR (que nunca fue partido político), el PRE, Sociedad Patriótica del coronel Gutiérrez: son felices y viven su luna de miel con el señor Correa; así que no hay por qué acusar a éste de ser un dictador, sino todo lo contrario, resulta que él es un hábil concertador, y no pocos quisieran tener tales habilidades para mantenerse a flote en el poder.

Pero la evolución social o la biología hará lo que tiene que hacer con tales líderes y excrementos políticos a su alrededor y más temprano que tarde veremos una transición.

Friday, March 19, 2010

LOS HOMBRES TIMIDOS


Decía Confucio: "Es común en los hombres tímidos abusar del poder que les brinda el gobierno para destruir su nación, convencidos de ser fuertes". Las marchas y levantamientos de la oposición que se anuncian en Ecuador en contra del régimen de Rafael Correa tienen su origen en los errores que éste (y la gente a su alrededor) cometen cada día, va más allá de si estamos en contra o a favor del mismo, y tiene que ver con la palabra dignidad; pues la nación desde hace algunos años se ha convertido en una tierra sin ley ni horizonte, dónde el que más grita, amenaza e insulta es el que tiene la razón, donde un escándalo gubernamental o fuera de él se borra pronto con otro más grave; donde ninguna investigación avanza a algún lado porque se estanca en las tediosas discusiones de si cumplir con la ley (redactada por el oficialismo) e ir hasta el fondo de la acusación -o guardar las espaldas de quien los eligió para ser miembros de las infaltables comisiones (de la verdad), so pena de ser destituidos, revisar el pasado de ellos (que no es nada claro) y no brillar más en el codiciado escenario de la política que, en un día de fortuna pueden volverse superministros o simples peones del socialismo.

En nada quedaron las acusaciones de que movimiento PAIS, fundado y liderado por Rafael Correa, fue apoyado durante su camino hacia la presidencia de la nación república por las FARC, porque él mismo se encargó de destapar y engrandecer nuevos escándalos que martilleó –tal un corpulento y torpe boxeador sobre el tablado, hasta volverlos verdades absolutas que nadie puede (ni debe) rebatir sino quiere acabar sus días acorralado en una esquina, soportando una andanada de golpes del mañoso rival que no perdona ni le interesa destruir con tal de abandonar airoso y en hombros de sus vasallos el ring. Los contratos millonarios con el estado que recibió su hermano Fabricio, antiguo tesorero de la campaña presidencial, luego de ganar las elecciones Rafael Correa, es una cucharada de pinol que se nos dio al descuido –y sin agua- en la boca, que no tuvimos tiempo de digerir cuando lo vimos volverse un ave altos vuelos con empresas fantasmas radicadas en Panamá, con registro de capitales irrisorios (US$ 4.000 apenas) y negocios con la nación por sobre los 200 millones para la construcción de carreteras, puentes, mantenimiento de los campos petroleros y hasta proveedores de herramientas y repuestos para las refinerías nacionales. “La prensa corrupta” informó a tiempo sobre estos perjuicios al país y el presidente se encargó de “adornar” sus verdades; no en vano obliga a los medios –bajo amenaza de no extenderles el contrato del uso de frecuencias (que pertenecen al estado)- a unirse a sus cadenas nacionales por radio y televisión para allí, no defender la transparencia de su mandato, sino vociferar, amenazar usando calificativos y sentencias nada agradables en boca de la “majestad del poder” -que él tanto defiende.

Parece que a ambos hermanos, como a los miembros más visibles del gobierno, no les interesa que se llegue a esclarecer muchas acusaciones en su contra por la actitud que demuestran en el ejercicio del poder y por ello se esfuerzan en mantenernos distraídos con una inmensa carpeta llena de nuevas ocurrencias, fortuitas o creadas, tal una aburrida telenovela mejicana, en la que cada día asoma un nuevo cadáver, una nueva traición o intriga, y cuyo final presenta varios desenlaces -para agrado de la audiencia. Que Ecuador esté ubicado entre los países más corruptos del mundo, no es un título honorífico que nos llene de orgullo, como cuando la selección de futbol clasificó a los dos mundiales anteriores, o Andrés Gómez alzó el trofeo de la victoria en Roland Garros y aquella imagen –inalterable aun hoy en mis ojos- haya recorrido el mundo en primera plana a través de los medios. La última semana recibimos otra estocada: la comunidad internacional ubicó a l país en la lista de países nada colaboradores contra el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. El señor presidente, como es su costumbre, gritó hasta perder la voz –durante su monólogo sabatino, de 09:00 a 13:00 horas, para explicarnos que ello es una patraña del imperialismo (alguien debe ser culpable de nuestros males), que los países ricos del norte carecen de autoridad moral para decir algo porque sus bancos están llenos de dinero sucio, que Ecuador es soberano y nadie nos puede decir con quien llevarnos o qué hacer, porque esos golpes externos le vuelven más fuerte y, además, que él mismo formará otra comisión (con gente de confianza) para que monitoree el lavado de activos aquí. Acusa de “apátridas” a los periódicos y medios que filtraron tal noticia, de buscar la caída de su gobierno con tales infamias, y de ser ciegos ante las bondades del socialismo, donde hay medicinas, casas, libros, uniformes escolares gratis para los más pobres. Amén. Igual sucedió cuando las noticias del exterior informaron que Ecuador “subió” algunos escalones, no en los informes mensuales de la FIFA que se ocupa del futbol, sino en corrupción, hasta liderar junto a Venezuela, Nicaragua y Haití el tablero de posiciones.

Como diría un locutor deportivo local con sueños de revolucionario: “se me cae el alma al suelo” con tales noticias. Y es que el mismo ejecutivo da lugar a tales especulaciones, cuando envuelve su mandato con una telaraña viscosa tras sus continuas apariciones en los medios para insultar a quienes se atreven a cuestionar sus errores, con el insufrible argumento: “Yo gané las elecciones", como si ello fuese merito suficiente para obligar a los demás a ver y callar, a recibir las limosnas de su alma desprendida (con dineros ajenos), mientras la nación se hunde en pedazos durante los días de su administración, -no por falta de dineros, que es justo lo que hubo en abundancia durante los últimos tres años, a tal punto que él mismo afirmara con soberbia durante sus enlaces que aquí nunca llegará la crisis, mientras algunas naciones se hundían en la depresión económica más fuerte de los últimos 80 años, sino por la abundancia de errores en el ejercicio del poder. Ningún gobernante en el pasado obtuvo tantos ingresos por las ventas del petróleo, como ocurrió en este régimen durante el 2007, 2008 y 2009. Cuando Febres Cordero gobernó el precio del barril era US$ 6. En la época de Bucarán fue US$ 22 (y él se volvió "loco" con tanta plata que, al ser derrocado, -se vio en las cámaras, sus lacayos ponían los fajos de billetes en sacos inmensos para llevárselos a Panamá); con Gustavo Noboa US$ 15 (y fue un gobierno cauto que dejó en buen camino al país). La fortuna no es como el cartero que llama varias veces a la puerta, sino una vez y se va para volver en cien años.

Para el 2007 el promedio fue US$ 92, durante el 2008: ¡136! Y el 2009 fue 72. Multipliquemos esta cantidad por 530.000 barriles diarios, luego por 365 días y obtendremos una cifra de algunos ceros que a muchos nos hará perder el sueño pensando en las sumas que ingresaron a las arcas fiscales y en cuántas cosas se dejó de hacer por gastar de modo infame en elecciones, (8 desde que el señor Correa llegó al poder), subsidios a los combustibles, a las harinas, a los fertilizantes, al transporte… manifestaciones de apoyo al régimen (son miles de buses contratados para transportar a "los seguidores" para apoyar su gestión, vienen desde Yantzantza, desde Arenillas, Maldonado, Archidona... cinco dolarcitos por "cráneo", más sánduche de pollo con cola: un tour para conocer la capital); los viajes en comitiva del presidente junto a 80, 100 "empresarios" invitados, cuando en realidad eran y son las secretarias de tal ministro, el "bodyguard" de la esposa de tal o cual personaje del régimen; los insufribles "gabinetes itinerantes" que cruzan el país junto a una sarta de ministros sin don de mando y toma de decisiones propias, grupos de apoyo (los famosos "brigadistas" -hoy “revolucionarios”), hasta los perros caseros, incluido guardia de seguridad privada, el cuerpo de policía y militares.
Con los famosos decretos de emergencia se adquirió –y adquiere- insumos, medicamentos, armas para las fuerzas armadas, la policia...sin licitación alguna, sin saber quiénes son los proveedores y qué garantías ofrecen por sus productos. Se incrementó los rubros de gastos para los uniformados en salarios y adquisición de armamento. Se compró autos de lujo (con precios que oscilan entre US$ 30.000 y 150.000) para ponerlos al servicio de la gente fiel al régimen: jueces, fiscales, alcaldes, los prefectos, gobernadores, simples subsecretarios, ministros y hasta para las esposas de estos, con choferes y guardaespaldas pagados por el estado. Se entregó contratos millonarios para la construcción de carreteras, limpieza de campos contaminados por la explotación petrolera, importación de insumos para la agricultura, el mantenimiento del incipiente industria petrolera…pero con el tiempo nos dimos cuenta que los empresarios, importadores, contratistas, no los que toman un taladro o levantan un martillo, son gente que están con el gobierno. El caso del hermano del presidente obteniendo jugosos contratos, aunque es penado por la ley con la destitución del cargo, en este caso, la presidencia, es un ejemplo menor.

Se nos dijo en las propagandas oficiales, durante la campaña de regalar a la población los bombillos ahorradores de energía, que el precio de éste en el mercado es de 7-9 dólares, pero ¡en la ferretería de la esquina se puede adquirir otro de mejor calidad a $ 2,20!, y su valor en la fábrica –de los que regala el gobierno- en China o la India es ¡0,30 centavos apenas! He leído con horror que los 35.000 chalecos antibalas que tanto se pregonó en los medios tienen un valor de US$ 325 cada uno para el presupuesto de la nación, mas en el mercado del internet se lo puede obtener por 46, y no digamos si vamos directo a los productores. Para las fiestas en el mundo por los 200 años del primer grito de independencia, ¿de dónde salió la platica? Hubo festejos en Génova, desfile en Madrid, farras en Milán. Igual en Nueva York, en Miami y desde allí se transmitió en vivo al Ecuador. Decretos de emergencia eléctrica y el país sufre hasta hoy los racionamientos de energía y seguirán mientras dure la sequía: mucha boca, mucho teatro y más de lo mismo de anteriores gobiernos. Decretos de emergencia cultural: se creó una nueva lista de burocracia dorada, se compra y se alquila edificios, se organiza y paga eventos intrascendentes, obritas de teatro, libros, se confunde farra con cultura y ¿para qué? Hasta aquí se ha invertido US$ 30 millones en el diario El Telégrafo de las arcas del estado, nuestro dinero, ¡y no ha recibido un dólar partido por la mitad de ganancias, o por lo menos una parte razonable que ayude a recuperar la inversión! ¿cuánto ganan los gerentes, administradores y trabajadores de las empresas incautadas a los Isaías y que en vez de venderlas para devolver a los ahorristas cuanto los banco les robaron, se llenó de gente fiel al gobierno, hasta volverlos ineficientes y depender de las arcas estatales para sobrevivir? Con los decretos de emergencia alimenticia se importó harina a un precio y se recargó otro superior al estado. Se trae medicinas y no se tiene bodegas para mantenerlas a la temperatura adecuada, por tanto de dañan y luego se quema...y cuando alguien, al ver estos errores, se atreve a cuestionar, el gobierno amenaza, grita, manda al servicio de rentas internas, los nuevos cuerpos de seguridad al servicio de la revolución, o a sus "brigadistas" a "suavizar", primero y luego a "castigar" contra el osado que mira otro color que no sea el verde limón de su partido, o él mismo baja de su limosina, se quita las gafas oscuras, persigue entre la multitud al que profirió un insulto o hizo un gesto indebido en su contra y allí mismo lanza toda “la majestad del poder”: guardaespaldas bien armados, policías, militares y ordena llevar preso al indefenso ciudadano, como si él fuera juez. Luego vuelve a su limosina negra, calza sus gafas oscuras y sigue repartiendo besos en el aire a niños y ancianas.

Son tantos errores que el mandatario ha cometido y es tanta su empeño en no querer rectificar. Ganó ocho elecciones consecutivas, amenaza con dos plebiscitos este año y seguro que va a ganar, mas ello no significa que estamos en la dirección correcta. Aquí hay dos grupos económicos bien evidentes que se disputan el manejo de los recursos del estado: Rafael Correa sabe que el voto ciudadano es el medio para llegar a ello. A él mismo quizás no le interesa recibir un céntimo del estado (como economista o administrador quebraría al intentar su primer negocio, que es justo lo que está haciendo con el país). De ningún modo. No es el dinero lo que le mueve a él. Es el brillo, es la espectacularidad, el show mediático frente a las cámaras, las relaciones con el poder político mundial, las fotos en los periódicos del planeta junto a Fidel, a Lula, (Obama hasta hoy no le ha extendido una invitación a la Casa Blanca, y no lo hará durante su mandato), los comentarios favorables en los diarios; y tal vez por ello, cuanto ocurra con la gente de confianza a su alrededor le es indiferente.

Desde hace meses que él se encarga de crearnos un nuevo enemigo; ya no es la prensa corrupta, no son los Isaías, los pelucones o el presidente de Colombia Uribe, figuras que ya no causan espanto en la población. Atras quedan las denuncias en corrupción y lazos con el narcotrafico en su contra. Hoy se prepara el camino para lo que podria ser la ultima estocada en el climax de su arrogancia: acabar de una vez con la dolarización. El cuida su imagen desde hoy. El mensaje es que él hace mucho para controlar a los banqueros, hoy los enemigos mas perversos del estado; aunque hasta un ciego puede imaginar lo que pasa: no hay dinero en las arcas fiscales! Se acabó la orgía y hoy el gobierno despierta con esa resaca moral.

Una pregunta sana, qué va a pasar cuando los depositantes se enteren de que los bancos ya no les pueden garantizar la devolución de sus dineros -si ellos así lo piden, porque el gobierno obliga a depositar el 47% del total del dinero que poseen los bancos privados en su caja chica llamada Banco Central? Habrá una corrida espectacular de capitales al exterior, dios, no quiero ni imaginar, las colas de clientes pidiendo sus ahorros en las ventanillas de los bancos serán interminables. Y qué va a pasar después, cuando los bancos digan que ya no tienen más plata? Con qué dinero socorrerá el Banco Central a los bancos publicos? Las lecciones de pasado son para aprender, pero ello al señor Correa le tiene sin cuidado. Es publica la notica de que bajaron las reservas nacionales de libre disponibilidad que sostienen el sistema monetario del país, de 7,560 millones a casi 1160 millones? Que no pague el estado al IESS los 788 millones que le adeuda, es motivo de preocupación.

-Te quedas sin salario! -Interrumpe de pronto mi madre-. Fariseo, ahora entiendo por que tanta candela!
-Madre-, le pido mirarme a la cara-, tu sabes que no es así. Además, si no recibo mi pensión, no tendremos pan sobre la mesa. Ah, y otro asunto: ya no recibirás mi salario en dolares, sino en sucres, alfaros o correas!
A ella no parecio molesarle demasiado la idea, y por ello replicó de inmediato: -En qué condiciones estarán las máquinas de imprimir billetes que el Banco Central adquirió hace 15 años?
Importaremos otra vez dinero ecuatoriano hecho en EE.UU.- Le contesto de inmediato.
-Cómo, pregunta ella, dejando de lado sus lentes, las agujas de tejer, dando un sonoro golpe con el tacón sobre el piso de madera. -Es que no somos capaces de hacer nuestras monedas siquiera? Hijo, no me vengas con pendejadas!!!
-Madre-, hablo sin exaltarme, sintiendome ganador -es que el país no posee maquinaria adecuada para sacar billetes con alta seguridad, imposibles de ser copiados. Al llegar la dolarización, perdimos mucho terreno en la fabricación de moneda local. Eso es tecnología de punta. Y por ello, hoy es mas conveniente pagar.
-Otra vez los chinos? -Se exaltó de nuevo.
-No. Los gringos, los franceses, los ingleses son los grandes fabricantes de monedas de muchos lugares, a fin de evitar dentro de sus fronteras una cadena de corrupción. Cada nación que manda a fabricar una cantidad de dinero pone a cambio su respaldo en dolares. Los barcos traen contenedores llenos de billetes (eso pasaba durante el gobierno de Mahuad) que son ingresados de inmediato a las bodegas de los banco centrales. Mi temor con este gobierno es que el insista en adquirir la maquinaria, que no cuesta un pelo de cochino y solo hay cinco o seis proveedores, y se dedique a fabricar moneda.
-Eso dará trabajo a mucha gente-, sonríe ella.
-Estoy de acuerdo. Pero a gente del gobierno. No te acuerdas cómo hace quince años mas o menos, algunos trabajadores del banco central fueron sorpendidos por las camaras de seguridad sacando fajos de billetes? Es una máquina milagrosa, simplemente: imprime dinero sin descanzo y como el loto: alcanza para todos y sobra.
-No pienses siempre en lo peor! Romulo, como que te conosco. Ya te me vuelves aburrido.
-Madre, insisto, es que no vislumbro luz a la salida del tunel, sino otra vez tinieblas. Con estas palabras nos fuimos a la cena. Allí, con la mesa puesta seguimos hablando.

Él sabe que tiene mucho carisma, que despierta pasiones en la gente, pero aprendió también –durante su tiempo de forajido- que en Ecuador un gobierno es destituido pronto. Él mismo lo dijo alguna vez -tras la caída del coronel Gutiérrez: "hay que botar cuantos gobiernos corruptos sea necesario, hasta conseguir un nuevo país". Un tenista de élite sabe que sus días de gloria acabarán cuando surja otro más joven. En política es cuando asome otro más audaz. Rafael Correa no cederá fácil su sillón a un intruso que quiera arrebatárselo, ni siquiera a sus seguidores y menos de la oposición. Lo de los grupos económicos es secundario. Unos engordan hoy con los negocios del estado, los otros igual con sus empresas privadas, ya que las leyes –durante la oscura noche liberal o socialista- fueron redactadas para favorecer justo a los más fuertes. Total, ambos grupos pertenecen a las mismas familias que gobernaron el país durante las últimas tres décadas. Mañana les toca el turno a los otros, de la mano de Correa o de cualquier advenedizo que gane las elecciones, que pueden ser en 50 años, tal el ejemplo cubano, de acuerdo a los sueños del actual gobernante.

Ojala prime la razón durante sus años en el sillón presidencial, no importa si son décadas, si después de aquel tiempo, nuestros nietos, como ahora en Corea, viviendo alguna vez en un país próspero, con trabajo estable, bien remunerado, con planes de salud y jubilación digna, van a visitar el museo de la pobreza -como hoy en Seul- y ven con espanto y compasión a la vez, cuán duro fue la vida de sus padres, abuelos y admiran a la vez cómo ellos con empeño y amor al trabajo conviertieron su nación pobre, subdesarrollada en un país próspero. Aunque si ocurre ello en el futuro, deberán también abrir el museo de la infamia, para que -viendo la miseria intelectual de nuestros gobernantes y el conformismo de nuestra parte- digan: nunca más de esto; tal las expresiones de los visitantes en el museo de la pobreza en Seul, y salen de nuevo a trabajar con entusiasmo por una Corea más grande y unida.

Monday, October 19, 2009

PEONES DEL SOCIALISMO



En un comentario a mi email un lector me pide que añada en mis escritos la documentación sobre tal o cual negociado, que no se puede escribir sin fundamento. Y yo le contesto con una pregunta: ¿Creé usted que un pacto con los sectores que apoyan a Rafael Correa es grabado y luego notariado para dejar constancia de algo? Ello se hace visible sólo en la repartición del poder, si es que no perdemos la memoria. Pero el lector insiste en que me hace pensar que ello es así . Lo diré en pocas palabras: porque los movimientos sociales que se aliaron con Correa durante y luego de las elecciones son los "pobres" de la denominada izquierda popular y más pronto que tarde les ocurrirá lo mismo que con Gutiérrez, quien seis meses después de subir a la presidencia los echó a patadas -uno tras otro de la camioneta, porque sus miembros no representaban a un sector económico fuerte que los respalde, sino a grupos que dependen del tamaño del bolsillo del estado para sobrevivir y, por ello terribles -al sentir amenazadas sus barrigas, que canjean sus votos -obtenidos en las urnas a cambio de vender ilusiones- de acuerdo a la conveniencia del momento por vocalías en el TSE, ayudantes de un ministerio, membresías en el TC, o porque nada se cambie en la educación, no se fiscalicen las empresas estatales, porque allí los sindicatos hacen tambalear a cualquier gobierno.

Los mentalizadores de la izquierda, en cambio, los de la vieja guardia que "descubrieron" a señor Correa en el 2006 y que juntos nos llevaron ocho veces a comicios en dos años (un record para el libro de guiness) hasta remendar una constitucion a medida de sus sueños, no son de ninguna forma advenedizos en política. Son los frutos secos, igual que las pasas en las vitrinas de la tienda, de aquella militancia socialista de principios del siglo XX que siempre estuvo en contra de los come hostias y huasipungeros, y cuyos fundadores capitalizaron bien sus conquistas sobre el tablero politico del país bajo el emblema del marxismo: identificados como tales, sin embargo, hijos de familias pudientes. Fueron -y son- los "hijos intelectuales" frente a sus hermanos empresarios y prosperos ejecutivos, con diferencias entre ellos, como en toda casa, pero muy unidos cuando se siente amenazado el grupo. Acuden a los mejores centros educativos aquí, van a universidades extranjeras y vuelven a administrar los negocios de sus padres: empresarios primero, y luego políticos. Ecuador es su empresa, y mientras los ejecutivos se dedican a crecer a sus carteras, los "bohemios", en cambio, toman sus mochilas y emprenden "un viaje interior" (lloran cuando descubren Machu-Picchu, visitan las comunidades indígenas, les encanta darse el baño de suerte, se hacen pasar cuy o huevo por el cuerpo, fuman hierba y beben ayahuashka. Descubren a Dolores Cacuango, -sus abuelos la utilizaron bien en sus intereses-, van al funeral de Tránsito Amaguaña disfrazados de mochileros) y ya hechos "la limpia", regresan a sus casas en el Valle de los Chillos, Tumbaco, en Samborondón, decididos a luchar por "los más desamparados, los más debiles", segun ellos. No aprendieron otra cosa en sus hogares. No conocen otra arcilla para moldear sus sueños.

En la actualidad hay una economía de libre mercado, con una gran acumulación de capitales que no pueden dormir el sueño de los justos en las bodegas de los bancos, y deben ser reinvertidos. China es el mejor ejemplo. Cuba depende del capitalismo para su sobrevivencia. Las teorias del socialismo quedaron para los soñadores que no pueden entender que el mundo entró en una nueva era tras la caída del muro de Berlín y, mas claro: con el acceso del computador a las masas. Esos nostálgicos salen a las calles -bien peinados y con las barrigas llenas- a pedir cambios, sólo porque ven amenazada su relación de dependencia con el estado: esa vaca de ubres gigantes que amamanta en Ecuador al 35% de la población activa. Burocracia, negocios con los gobiernos de turno, grupos sociales llenos de privilegios, consumistas contumaces y al mismo tiempo ecologistas, carnívoros feroces y defensores de los animales sin hogar o en extinción. Entonces se entenderá la caída de Bucarán, de Mahuad, del mismo Gutiérrez, porque a la gente pobre no le afecta quien este en el gobierno, no se puede perder lo que no se tiene; esta lección la aprendió bien Rafael Correa (un miembro de ese grupo) y no dejará que le echen de su sillón sólo por no pagarles sus salarios a tiempo o por no seguir alimentando sus empresas. Ellos tranzan (tras cortinas) con cualquier sector político (llámese Pachakutik, PRE o Partido Social Cristiano) para mantener su status, (veo a los hermanos Patiño, a Alberto Acosta, al sastresillo valiente, la gente de la fundación Guayasamín, a Pueblo Nuevo, Gustavo Larrea, Chauvín, los sindicalistas de petroecuador, las aseguradoras...veo...veo y me nubla la memoria). Con sus discursos de revolución logran engatusar a los sectores más miserables (justo los frutos de su obra), a los sectores indígenas, a las comunidades campesinas, a los que venden sus votos por una botella de aguardiente y un show en vivo con artistas que de otro modo sería imposible asistir a sus conciertos y, sobre todo, a los ingenuos jovencitos -que son como los palillos de fosforos: se encienden pronto y se apagan cuando pasa la pubertad. La realidad del mundo en nada se parece al gobierno del proletariado que, con un entusiasmo enfermizo, leímos en los libros durante la juventud; mas los sectores que apoyan al señor Correa viven y comen justo de ello, de una teoría que empezó con Marx en el siglo XIX, que se volvió realidad a principios del siguiente, y que aun fue posible con la Cuba de Batista. Un paso indispensable en la dialectica marxista, pero no el ultimo en la evolución historica de la humanidad.

No, ellos no son tan ingenuos como para dejar evidencia alguna de la repartición de la justicia, de la designacion de controlador, del ministro fiscal, de cuanto se forja en las sombras antes de salir en los medios. Ellos se encuentran en los corredores del palacio, camino a los baños. Se los ve dialogando de modo ameno en la cafetería del congreso, o con celular en mano hablan y hablan con alguien ubicado a cinco o diez metros. Así, es imposible saber a los mortales de qué hablaron ellos, qué tranzaron, porque ello es top secret que debe guardarse y sepultar en las cenizas del fuego, sino sus adversarios políticos los devoran a la primera muestra de debilidad.

Mis años de juventud en aquel submundo me enseñaron muchas cosas; por ejemplo, que se debe estar pendiente de una grabadora secreta o de una cámara durante una entrevista. Que nunca se abre no más la boca, sino es con alguien que está en el mismo negocio, so pena de caer al abismo; en cambio si lo pactado sale bien, ganan ambos y ello les vuelve más fuertes, cómplices para tranzar una y otra vez, hasta acercarse a los negociados más grandes. Aprendieron también que los cuervos deben estar unidos para ser fuertes ante los animales grandes y las hienas hambrientas de carroña. La mayoría de empresarios tras el poder no quiere asomar en los medios. Para ellos no es divertido dar explicaciones al siempre picoso Jorge Ortiz, ni soportar el trompabulario feroz del tal Paquito Velasco, o que asomen sus nombres -peor de sus familias- en la boca espumosa de la opinón pública. Ellos disfrutan de su anonimato, de sus negocios. Para qué ensuciarse las manos con el trabajo sucio del poder, si hay tantas mulas que –anciosas de espectacularidad- son capaces de vender sus sueños a cambio de un ministerio, una gerencia; gente sin lealtad o sangre en la cara que, al menor descuido, morderan la mano de su dueño; solo conocen la pasión por la patria, la pasión por las luces y las camaras. Ganaron las elecciones con el señor Correa y ese es el mejor argumento que ellos esgrimen cuando alguien les pide cuentas de sus actos, antes de mandar al SRI a revisar las cuentas de éste, o de buscar un argumento para amenazar y hacerle callar.

Pregunto a quienes cuestionan mi falta de fuentes, ¿algún gerente de Petroecuador ha mostrado a la opinión pública el contrato íntegro de lo firmado al otorgar un campo para la exploración y posterior explotación de petróleo? Muchos sabemos que para adquirir una flotilla nueva de aviones para las fuerzas armadas, las actas de autorización deben estar firmadas antes por los altos jerarcas militares, y ello tiene un costo. Se llama comisión. Y si mal no recuerdo, durante las dos últimas décadas del siglo pasado, en coimas para las rubricas se iba el 5% del precio -no real en la fábrica, sino del presupuestado y pagado por la nación. Aunque ello era el principio apenas, porque la larga lista de gastos incrementaba el valor del producto a camprarse al doble; además, hay una tradición en las empresas vendedoras de armas, que consiste en invitar a los altos oficiales de los ejercitos a supuestos viajes de perfeccionamiento en el extranjero, donde son tratados como reyes: limousinas desde el aeropuerto al hotel de primera, tours por las ciudades a visitar con traductores y scort femenino incluido para calmar en algo la nostalgia durante su estadía en tierras extrañas. Hace más de una década yo me encontré con una comisión de militares ecuatorianos en Europa; estaban allí para adquirir armamento francés. En casa se informó a los medios que ellos iban a seguir un curso de cara a un ascenso. Fue en una taverna mientras yo tomaba unos vinos entre amigos. Yo olí a militares y me dispuse a abandonar el bar para no sentirme incomodo, mas al pagar mi cuenta, oí la voz de alguien que me invitaba a levantar una copa juntos. Estaba casi borracho y al lado de una joven de pelo rojizo, (después supe que venía de un puerto lejano de nombre Odesa, que fue reclutada por la mafia rusa, trabajó en los burdeles de Kiev, luego fue enviada -con pasaporte húngaro- por tren a Francia). Era el Zambrano, por decir un nombre, mi ex compañero de colegio. El se habia inclinado por esa carrera, yo por la catedra, pero volvernos a ver en tierras lejanas si que fue una sorpresa, no se si agradable. Bebimos como si hubieran sido los últimos días antes de la guerra. No se habló de armas. Eran tres generales y 2 coroneles de estado mayor, (uno llego a ser en tiempos de Mahuad camandante de la aviacion). De las actividades del grupo en París me enteré por boca de la bella dama que fumaba y bebía igual que nosotros y que se mostro interesada en mí (tal vez era demasiado joven como para separar el sentimiento con el trabajo) y en un momento de ir al baño me entregó un papelito con su numero de teléfono. La bohemia pasó y en cuanto volvieron los militares a Ecuador, yo telefoneé a Lotti, tal era su nombre, una flor exótica -como solo crecen a orillas del Mar Negro, aunque fue difícil estar juntos una tarde o noche entera, por cuanto ella tenía su agenda llena de encuentros con otros clientes ocasionales: ministros de estado, altos ejecutivos sin sus esposas de piel bronceada e hijos en los mejores colegios de Inglaterra, deportistas que le tienen miedo a la soledad. Lotti me dio algunas horas de amor y luego nos despedimos cuando terminé mi curso de arte románico en la universidad de Tolousse. Espero un día traducir al papel la vida de quien llegué a amar, aunque tuve que compartir su cuerpo.

Vayamos un poco más lejos, a la epoca del boom petrolero de los años 80, cuando el "Bombita" hizo transportar un barril de petróleo a lomo de burro desde la amazonía, seguido por una compañía de soldados, y luego en un tanque de guerra hasta la plaza grande, a fin de declararlo héroe nacional, hubo la vaga tentación de construir aquí, en estos páramos, una planta nuclear con fines industriales, pues "Bombita" ya pensaba en que los grandes proyectos de electrificación de entonces, hoy en pleno funcionamiento y decadencia, iban a ser insuficientes cualquier día. Y no se equivocaba, así que contrato ingenieros extranjeros especializados en esta rama con el objetivode llevar adelante sus palnes. Yo tuve suerte de llegar a ser amigo de uno de ellos. Era un danés inmenso, vicioso por las novelas de Aghata Cristie y, como ninguno, amante de las mujeres sudamericanas por su color de pelo y piel de trigo maduro, aunque hoy pasa en Australia al lado de una hermosa filipina, que le contagió su juventud y entusiasmo por vivir (algo que me haría bien a mí); mas aquí compartimos las aulas de la universidad Católica, donde él aprendió español. Nunca mencionó algo sobre el motivo de su estadía en Ecuador durante nuestras tertulias y escapadas a "descubrir la ciudad", como el decía, hasta que nos econtramos algunos años despues en su casa en las afueras de Frankfurt. Allí entre vinos me contó, cómo durante el gobierno del "Bombita" se pagaba las famosas "comisiones" para la adquisición de armamento o para que el consejo de generales apruebe el asunto de la planta nuclear, proyecto que fue archivado durante el gobierno de Febres Cordero, (se pagó los estudios y la aprobación del mismo) debido a la oposición de EE.UU., en primer lugar, a los reclamos de Peru en consejo de la ONU y finalmente, la corriente del Niño, que asoló la costa ecuatoriana. Willy, el nombre del danés, me informo tambien de los negociados de las armas con paises del tercer mundo, supe los precios referenciales de algunas armas, de triangulaciones a naciones con prohibición de adquirir armamento: los negocios sucios de gobiernos "limpios", y más asuntos a los que el tenía acceso por ser un especialista en la rama atómica y un reconocido -en su mundo- mercader de la muerte.

¿Será que en nuestros tiempos de revolución cambio esta costumbre de pedir coimas a las empresas constructoras para otorgar los proyectos del estado? El Gran Hermano dice que aún se mantiene ello en el ministerio de construccion, precidido hasta hace poco por Marún, un ex ministro -también de Abdalá Bucarán. Yo he visto en las aduanas perdir coimas para sacar los contenedores, so pena de complicar a los importadores la salida de sus mercancías. Conosco casos de nombramientos de profesores, de porteros de escuela, a cambio de 3.000 dolaritos. El que paga se lleva el puesto, así de simple y cruel es para quienes no poseen esa cantidad, pero sueñan con tener un empleo fijo con el gobierno. Si el ministro fiscal me llama a declarar sobre este asunto, ¿qué le dire? Pues que no tengo pruebas! El gobierno del socialismo del siglo XXI anuló el pago de matriculas en los planteles educativos, mas en la realidad, si un joven quiere estudiar en los colegios de tradición, sus padres deben pagar la coima, y quien no, que duerma en la calle esperando el turno. En la policía es igual: ningún aspirante a cadete confesará en público: mis padres tuvieron que pagar cinco mil dolares para ser aceptado en el curso de formación, porque entonces se acaban sus sueños de tener empleo seguro de por vida. Alguien cerca a mí llegó a pedirme, el día que recibí mi pensión, que le preste dinero a fin de poder matricular a su hijo en el curso de policías, porque consideraba que esa será la mejor herencia que el podía dejarle a su hijo. Su sinceridad y grado de desesperacion surtió efecto en mí. Los casos se multiplican.

¿No cayó la popularidad del señor Correa por las denuncias de corrupción contra su gobierno hechas por el Gran Hermano? No me admira su soltura de lengua ante los medios (nada le puede pasar a él, y no por ser familia del presidente, sino porque sabe demasiado y tiene pruebas, aunque nunca las muestre en firme por estar comprometido también), pero habló cuando le quitaron el dulce y muchos de sus contratos con la nación quedaron cancelados, otros en stand by, aunque de ningún modo él se irá con las manos vacías. Como en el programa de televisión "haga negocio conmigo", del insufrible Polito, los participantes salen sonrientes del escenario con un premio consuelo, más los sonoros aplausos del público: Fabricio Correa ha demandado al estado por cerca de 110 millones por la terminación unilateral del contratos. En el marco de la ley él tiene las de ganar, y fuera de ella también; la justicia esta manos de la familia, no en vano el venerado presidente ganó cinco milloncitos de dolares tras un juicio -que se tramitó con celeridad inaudita- en contra el banco Pichincha. Yo voy diez años litigando por una propiedad que me arrebataron los famosos "invasores" (de la misma escuela del diputado César Rodríguez). Quisiera equivocarme, pero las denuncias del hermanoen los medios, no cumplen sino el gran objetivo -aparte de hacer conocer su figura de cara a las elecciones del 2012-: de distraer la atencion de aquellas denuncias que involucran al presidente Correa con las FARC; no en vano él es la unica voz fuerte desde la "oposición", el que tutea a Rafael sin que éste se enoje, mientras grita, insulta y trata de vos a cualquiera en frente suyo, lo mismo el director de la Cámara de Comercio Blasco Penaherrera, los pone alfombras al servicio de Carondelet -secretarias, ministros, embajadores, diputados- y peor los grupos indígenas, a los que "longuea" más a gusto, mientras todos le responden con sumisión: Usted, señor presidente. Si nos fiamos de las encuestas en los medios, tendremos Correas para largo. El negocio de la familia se llama Ecuador. Ya mismo sale de nuevo a la luz la hermana. Algo huele en el ambiente a murcielago. Viene hoy a mi memoria la imagen de Elsita Bucarán hace veinte años atrás, cuando en una concentracion en los Guasmos de Guayaquil, estiró su brassier y a dos manos sacó un seno voluptuoso y virgen ("el loco que ama" así lo afirmaba entonces) para gritar: "de esta teta no mamará la oligarquía". Una frase digna de escribirla con pluma y letras de oro en los libros de historia. Gano la alcaldía del puerto. Esa teta lo merecía, sin duda alguna.

El mismo Fabricio ha dicho que el presidente debe dejar a un lado los decretos de emergencia porque ello ha sido el centro de la corrupción durante sus días de mandato. Aquí otra perla, la de los focos ahorradores que regala el movimiento oficial. Yo pregunté a un empresario amigo que me informe de dónde vienen y cuál es su valor por unidad. El me respondió con tres direcciones web para que yo verifique en persona los precios y sus respuestas me dejaron asombrado: de la calidad que el señor Correa entrega a los "más humildes", porque supone que ellos gastan mas energía -que los ricos-, (otra falasia desde el poder) es de la peor: con 1500 horas de duración apenas, cuesta 21 centavos en China o en India.

Ahora, del mismo tamaño, en calidad media cuesta $ 0,25 (3.500 horas de vida util, justo los que vende KIWI o el Ferrisariato a $ 2.24). Los de primera calidad en cambio valen $ 0,33 (con 6.500 horas de duración, y van a los mercados del primer mundo). No olvidemos que a mayor cantidad, mejor oferta. Las empresas me dieron un valor referencial. Sin embargo, a este precio (si es que no se ha sub facturado, que es muy real en grandes empresas) agreguemos los impuestos y handling de la mercadería, digamos el 30% más, que es demasiado para el volumen de compra, y aquí tenemos el valor real: 27 centavos por unidad. Esta suma multiplicamos por 6.000.000 focos, que es la cantidad pedida por el gobierno y obtenemos US$ 1.620.000,oo.

¿Cómo? ¡Pero si el contrato tiene un precio de US$ 6.600.000,oo! Ganar $5 milloncitos por comprar y vender focos, sin sudar y sin dinero de inversión, sí que es buen negocio. Y éste es un botón de muestra apenas. Hay negociados que ni siquiera sabemos qué compran o qué regalan a los "más desprotegidos". Y así con las medicinas, los uniformes escolares, los libros y cuadernos... Hace un año vinieron a Ambato los delegados del gobierno a ofrecer a las fábricas US$ 1,75 por la confección de las camisetas escolares y esa cantidad, según me han demostrado con numeros y hasta pintado los dueños de talleres, no es rentable de modo alguno y menos ser solidarios con la revolución ciudadana, cuando otros "engordan" sin necesidad de endeudarse para adquirir insumos de la confección, sin generar empleo y sin pagar tributos. La ganancia es mínima: 0,08 centavos por unidad, luego de pagar a las trabajadoras, maquinarias, hilos, luz, arriendos, prendas que se dañan, los intereses del crédito para comprar telas... Invertir $1.67 para ganar 0.08 centavos, ello si recibieran un contrato para producir cien mil unidades al menos, lo que requiere de mucho capital y solo pensarlo es imposible, porque los pequeños productores no poseen suficiento dinero en efectivo para renovar maquinaria, para comprar tela al contado, carecen de infraestructura adecuada para recibir nuevo personal en sus talleres. Los créditos 5-5-5 que ofrece el banco de fomento, o la corporación financiera son bocadillos apenas que no ayudan a despegar la producción. El estado recoge las camisetas y paga con cheques posfechados para uno, dos, hasta seis meses plazo.

Pero nuestro líder tiene que cumplir con su palabra de regalar uniformes escolares y al no haber productores que acepten cubrir esa demanda, se procede a importar de China, porque la misma camiseta alla es tres veces mas barata que aquí, y la explicación es sencilla: ellos producen y no importan como nosotros: maquinaria, hilos, telas, la mano de obra es barata, los impuestos a los créditos oscilan entre el 2 y 3% ( ¡en estos lares es el 22% para la pequeña y mediana industria!), ni el gobierno socialista ahuyenta a los productores con altos impuestos, porque sabe que ellos mueven la economía de la nación, generan empleo y bienestar en la gente, algo que se busca hacerlo desde el trono regalando miseria a todos. Pregunto como un ciudadano con derechos también y no solo obligaciones: ¿cuánto se paga por cada unidad y quiénes recibieron el contrato? Y otra vez los proveedores son fantasmas! ¿Qué dirá el ministro fiscal Pesantes? ¿El nuevo congresillo? ¿El controlador de la nación? Nada, aquí no ha pasado nada. Son cómplices con el silencio, y peor todavía: son culpables por dejar ocurrir aquello.

Esos dineros de los ecuatorianos, obtenidos en un atraco vil a nuestras arcas públicas y bolsillos bajo el pretexto de transformar la patria, no vuelven a Ecuador, sino que van a paraísos fiscales, como Panamá, Islas Caimán, la isla Margarita (llena de bancos y hogar de la mafia rusa en estos tiempos, con el consentimiento de Chavez), desde donde volverán bajo el membrete de inversión extranjera a "ganar en licitación abierta" (dios, otra farsa!) los contratos millonarios para los mega proyectos que tiene en carpeta el estado. Y engordarán sus cuentas en los bancos, y como el mana, brotarán nuevos capitales con un simple decreto, mientras el economista Correa seguirá de pueblo en pueblo, tomando chicha, comiendo cuy, bailando tecnocumbia con muchachitas en tanga; dando sus catedras de chaupi economía (igual que en sus mejores días de modesto profesor en universidad de ricos) ante un pueblo humillado en su escencia, en su dignidad cuando entrega su voto a cambio de limosnas, y ya no oye, no ve, no aprende de errores pasados porque así fue adoctrinado. Pero volvamos al tema de los focos ahorradores. Los "brigadistas" de la revolución tuvieron el cinismo de venir a mi casa a llevarse los focos buenos y dejarme los de la campaña -que no alumbran como los ahorradores de calidad.

-No te enojes-, me grito mi madre, -que son buenos muchachos y estan llenos de buenas intenciones. Dales tiempo y veras cómo transforman esta casa vieja llena de cachivaches y musgo, en una gran nación. Confía y espera.
Ah, ¡mi madre! Quise explotar con ella, pero debí ser prudente, al fin de cuentas, estamos los dos en el mundo. Yo debo soportar su viudez y ella mis impertinencias de solterón. No envejecieron sus ojos, sino su cerebro. Y a veces me pregunto, cuando muera ella, ¿quién se ocupara de mí?
-Pero, mamá, ¿no te das cuenta que más cuesta las cuñas del gobierno durante su eterna campaña presidencial que los focos? Más cuesta el caldo que los huevos. -Y sin que ella tenga tiempo de contestar, agregue: -No estoy en contra de tu "Correita", tu le diste el voto y eso me afecta a mi también, sino de esta falta de transparencia, de tino para desempeñar tan alta función, de pedantería que raya en el cinísmo cuando saca sus cuentas (con calculadora y lapiz en mano) durante sus monologos sabatinos, formula sus teorías chuscas, o cuando el cortejo que le acompaña aplaude como perritos bobos ante el movimiento clave de sus manos y ríe de sus ocurrencias y celebra sus dotes de filósofo light. Pero ella me miró con ternura y permitió seguir rezongando, como si aún fuera su hijo pequeño que estaba enfadado porque el profesor de la escuela no era de su gusto.

-Para escribir tendrán que presentar pruebas-, vocifera el gran jefe en la radio, -sino irán a la carcel. No se puede faltar el respeto a la majestad del poder de modo infame -como si se tratara de un chisme entre monias cocteleras.

Y yo pienso en las pruebas, las pruebas! Ni el gran hermano las tiene, salvo los focos en el basurero, porque ellos, los revolucionarios, no los usan en sus casas. Imaginemos el departamento del ministro Patiño iluminado con focos ahorradores. Qué bochorno! O la salita de recibimiento del sastrecillo valiente Paco Velasco, o los dormitorios de nuestro amado presidente. Seguro que con tales medidas ahorramos tanta energía como para olvidarnos de los proyectos de luz que hoy estan abandonados. La San Francisco o Coca Codo-Sinclair, por ejemplo.

¿Cuáles son las condiciones de entrega de petróleo que firmó Petroecuador con el gobierno chino a fin de cubrir la brecha fiscal con dinero de afuera, luego de gritar con soberbia nuestro presidente que no necesita ayuda de organismos multilaterales de crédito? La respuesta es que no sabemos nada de tales contratos, de cuanto se acuerda fuera del papel o de cuanto se archiva de modo desordenado en las frías y polvorientas bodegas de una oficina estatal. La repartición del poder no se hace a la luz de las cámaras o frente a un micrófono, igual los negocios con dineros del estado.

Ni aquella declaración de bienes, que debe ser notariada y de dominio publico, previo a posesionarse una autoridad en su cargo, se cumple. ¿Quién verifica que cuanto esta escrito allí, no altera la verdad. El ministro Patiño no anotó el bien inmueble de Samborondón, y que más "olvidó"? ¿Dónde están esos documentos de los altos representantes de la revolucion ciudadana? Muchos han cumplido a cabalidad la ley, mientras que en otros ello es una tomadura de pelo a la población: el notario es su amigo, su primo o su socio de negocios y allí hacen constar un carrito viejo, una casita –de herencia-, una cuenta con 1000 dólares, una tarjeta de crédito y pare de sufrir, si tienen la bondad de declarar.

Pero es que aquí hay intereses más grandes. Desde los tiempos del imperio romano y su consecuente acumulación de capitales, tener mucho era un riesgo ante la corona y las autoridades fiscales, por lo que durante revolución industrial a sir Strow se le ocurrió resolver el dilema de los ricos planteando que una empresa tiene un precio determinado, y éste dividido en pequeñas cantidades, puede ser adquirido por cualquier persona o ente juridico. La ventaja de comprar y mantener acciones en éstas –cualquiera sea su género- es que tienen una producción definida y un mercado donde vender sus productos, resultado del empeño de una persona que comenzó desde abajo o de toda una generación; con dinero en efectivo, se remedia los inconvenientes de flujo de caja, se adquiere capitales frescos para proyectarse hacia nuevos proyectos, o diversificar la producción.

Si la Royal Trust, una empresa con buena presencia en el campo automotriz, dice que su negocio vale 100.000 dólares, la divide en acciones por un valor nominal de 5 dólares y mi amigo lector, el que pide documentos de cuanto escribo, compra 100 papelitos, el será dueño de la Royal Trust por quinientos dólares. (Vaya capitalista!) Toda compañía está proyectada para crecer y ver frutos, dependiendo -por cierto-de una buena administración, y cuando saca sus numeros y hay ganancias durante un periodo, digamos del 30% -descontando el capital invertido, él obtendrá 150 dólares a su favor durante un año por tener dichos papeles, que no constan a su nombre, si es su deseo; se pueden ceder a terceras personas, dar en herencia a los hijos, regalar, volverlas a invertir, o cambiarlas por dinero en efectivo, algo que ellos nunca lo hacen.
¡Este es el gran negocio de nuestros políticos modernos! Ellos no llenan sus vidas con mansiones, autos de lujo, caballos de raza, que es propio de la gente que obtiene riqueza de modo rapido y no sabe en que invertir luego. Aquí los clanes políticos luchan a muerte entre ellos por adueñarse de la riqueza nacional, como el petróleo (exploración, sacarlo de la tierra, bombeo, almacenamiento, y lo más rentable: su comercializacion. Nadie sabe quién es el encargado de vender y bajo qué condiciones, quién compra, si fue o no la mejor oferta. Ignoramos por completo la manera cómo se aplica "el castigo" al crudo ecuatoriano por no ser de la mejor calidad), las telecomunicaciones, el monopolio de las importaciones de derivados del petróleo y sus subsidios que entrega la nación, las empresas de electricidad, la concesión de carreteras, de puertos a empresas fantasmas (¡creadas con US$ 800, de capital apenas, o con 4000, tal los negocios del Gran Hermano!), las privatizaciones del agua, de los bosques protectores, los jugosos contratos con el estado para los planes de vivienda popular, las aseguradoras de compañías estatales que nunca cubren la cobertura en caso de siniestro; la construcción de puentes, de represas hidroeléctricas con proyectos de hace cincuenta o más años, cuando abundaban las lluvias y los bosques, a través de consorcios vinculados entre ellos, aunque con diferentes nombres, los proyectos para la recuperación económica que ciertas dependencias del gobierno llevan adelante (como el caso de los cursos de capacitacion en la rama de la confección, donde un técnico recibe 8.000 - 10.000 dolares mensuales por asesorar a los dueños de la fábrica dos horas al mes, eso si asoma; o en las planillas (para justificar egresos) se pone: "pago de alquiler de instrumentos para conferencia = 6.500 dolares", cuando en realidad en esa reunión de veinticinco personas no hubo más que un computador con proyector de imagenes, y perteneciente al mismo gremio de sastres y modistas! Mis días de jubilado y ciertas casualidades me permiten acceder a información de primera mano, aunque por temor a perder la amistad de quienes me invitan o dan a conocer, no les pido copias de cuanto escribo). La simple entrega alimentos en los barrios marginales, en las comunidades indígenas durante los tiempos de las campañas electorales tiene igual visos de irregularidades, desde su adquisición hasta las sumas que se pagó por el transporte... La madre de los robos sigue igual -y hasta peor, en tiempos del socialismo. Cuanto la prensa informa sobre tal o cual propiedad no incluída por el funcionario en su declaración patrimonial, es pelo de cochino, pamplinas. Ellos ganan tanto dinero con el estado, pero no lo depositan en los bancos, no por lo menos aquí y a su nombre. porque ello significa dejar huellas de su enriquecimiento rápido y, además, porque ello es propio de la gente comun, la que suda con el trabajo y confia sus ahorros de vida o capitales de negocio a los bancos, entidades que también están entre los objetivos de nuestros politicos, para acceder al manejo indiscriminado de dineros privados e invertirlos en empresas -como la swinwear (ropa de baño, traducido del inglés, nombre de una compañía del Gran Hermano que provee insumos -hasta hoy no se explica de qué tipo -a Petroecuador)-, que viven de negocios con el estado, y cuyos mayores accionistas son justo ellos.

Entonces, cómo no decretar con gusto los estados de emergencia? Ya van 89 y ¿ha cambiado algo la situación del país? Emergencia vial, educación, salud, de cultura...son contratos que se otorgan a dedo para traer medicinas, maquinaria, repuestos del sector petrolero...y a quién rinde cuentas de ello nuestro líder, o su incondicional personal de servicio? ¿Quiénes están engordando con tales negociados? No, allí no están los ministros que asoman a diario en la pantalla de nuestros televisores, de eso podemos estar seguros, porque estos son pájaros de bajo vuelo. Allí estampa su rubrica para la adquisición de armamento el poeta muerto, no maldito, Javier Ponce (antes un severo cuestionador de los negocios de las FF.AA., pacifista y hasta con pinta de ecologista, por eso de rasurarse poco) -como si estuviera inspirado con un verso, o firma Raul Vallejo -que es casi una ceremonia en él, porque no ha escrito algo trascendente desde que llegó a la política- los contratos para la reconstrucción de las aulas escolares, pero las escuelas siguen igual o peor desde hace fuu, osea, desde que fue ministro del dinosaurio Rodrigo Borja. Y paremos ahí, porque con tales mulas, para que poetas. Este es el valle de las vacas felices -soñado por nuestros revolucionarios y para ello tienen sus peones, como el marxista Carrasco, hombre de buen corazón y obrar decidido, sin duda, pero extremadamente ingenuo como para creer que con su esfuerzo colosal al frente del SRI va a cumplir su alquimia de transformar la nación en un mana socialista, porque está en el tiempo, con el libro y la persona equivocada, simplemente.
La nueva carta magna elaborada por los otros grupos tradicionales en el poder, no es sino un intento de equilibrio de fuerzas entre colosos que siempre manejaron los destinos de la nación a su antojo. Mientras ellos se reparten, tranzan negocios, Rafael Correa y su hermano nos mantendrán ocupados con el circo llamado “refundar un nuevo pais". Ellos buscan un país que se acomode a sus intereses coyunturales. Tienen un hombre con carisma, con buen verbo y resentido con los grupos de poder que siempre rechazaron su inclusión en el jet set de la política criolla, (el coronel no lo quiso ni para conserje, pese a ser uno de los más entusiastas colaboradores durante la campaña presidencial del ex militar. Luego fue asesor económico de la vicepresidencia, lo que puede considerarse una humillación, si pensamos que dicho ente no maneja una partida presupuestaria ni para comprar margaritas cada 20 de abril; Palacio lo echó del ministerio de economía a los 91 días por pedido de socialcristianos y naranjas. Al despegar la campaña electoral la ID no lo quiso ni para candidato a vice, el MPD lo descartó de plano, Pachakutik no confiaba en sus opciones de triunfo, los socialistas prefirieron ir solos. Su acercamiento con el líder del PRE en Panamá fue un paso apresurado. Así que decidió probar suerte con su grupo, aunque sin mayores espectativas de triunfo; afortunadamente para él, muestra de que todos tenemos un día de suerte, la “izquierda caviar”, como denominan los peruanos a los grupos de izquierda que siempre estuvieron con la derecha por razones de sobrevivencia, que tiene buenos asesores de imagen -no en vano ayudaron a Bucaraá, a Mahuad...a llegar al poder- le apoyó con gente y dinero y zurciendo en sus discursos cuanto la población pedía y pide: un cambio de mentalidad en la forma de hacer política, pero también un cambio de actores, se lanzaron al ring político; pero resulta que hoy, esos mismos grupos políticos a los que la población rechazó en las urnas por su complicidad con la derecha, han secuestrado al gobernante en el campo político, y en lo económico, los grandes sectores de poder). Al finalizar el siglo pasado nos tuvieron entretenidos con la redacción de la anterior carta magna ¡y dos años después quebró el país! El balance comercial de este año será negativo, como entonces. Hoy suenan los mismos nombres: el carroñero Paco Velasco, Alexis Ponce, el mayor sindicalista que mantiene secuestradas las empresas eléctricas del país, el “Cachito” Vera es jefe de un organismo que combate la corrupción, y hay un ministro de educación vitalicio, y hay otro que vuelve cada cierto tiempo al ministerio de industrias y luego pasa al de construcción. Y hay un cantante sin voz que pasa de ministro a asesor y así hasta el infinito, y otras hermosas damitas con igual suerte. Pobres, no saben hacer otras cosa. Hay oscuros personajes del tiempo del "cinturita mágica" almorzando alegres en Carondelet, y los poneralfombras de Bucarán, y hay uno que aportó con mucho dinero a la campaña y se fue de embajador a España, y hay empresarios que engordan sus bolsillos y sus trasceros con la restricción de importaciones, y hay grandes cadenas de supermercados, y empresas de seguros, y hay los hermanos Patiño, apostadores empedernidos de todo candidato con opciones de triunfo y receptores de grandes beneficios a cambio. ¿Hay gente nueva? Sí, pero ellos no pueden hacer algo sin consultar primero al líder de la revolución, porque son simples peones de los clanes economicos que se reparten la riqueza de país.

Si queremos un Ecuador diferente, no será por ellos, sino por gente nueva que se atreve a tomar parte activa en el actual proceso historico; aquella que asume una posición critica y no se deja arrastrar por la emoción de la manada, sino por la razón. Y esto que escribo no tiene respaldo alguno frente un fiscal, y tal vez no pasa de ser un mero ejercicio literario durante mi retiro para sentirme vivo, aunque para ello dependo de mi pensión mensual que me entrega el estado.