Friday, March 19, 2010

LOS HOMBRES TIMIDOS


Decía Confucio: "Es común en los hombres tímidos abusar del poder que les brinda el gobierno para destruir su nación, convencidos de ser fuertes". Las marchas y levantamientos de la oposición que se anuncian en Ecuador en contra del régimen de Rafael Correa tienen su origen en los errores que éste (y la gente a su alrededor) cometen cada día, va más allá de si estamos en contra o a favor del mismo, y tiene que ver con la palabra dignidad; pues la nación desde hace algunos años se ha convertido en una tierra sin ley ni horizonte, dónde el que más grita, amenaza e insulta es el que tiene la razón, donde un escándalo gubernamental o fuera de él se borra pronto con otro más grave; donde ninguna investigación avanza a algún lado porque se estanca en las tediosas discusiones de si cumplir con la ley (redactada por el oficialismo) e ir hasta el fondo de la acusación -o guardar las espaldas de quien los eligió para ser miembros de las infaltables comisiones (de la verdad), so pena de ser destituidos, revisar el pasado de ellos (que no es nada claro) y no brillar más en el codiciado escenario de la política que, en un día de fortuna pueden volverse superministros o simples peones del socialismo.

En nada quedaron las acusaciones de que movimiento PAIS, fundado y liderado por Rafael Correa, fue apoyado durante su camino hacia la presidencia de la nación república por las FARC, porque él mismo se encargó de destapar y engrandecer nuevos escándalos que martilleó –tal un corpulento y torpe boxeador sobre el tablado, hasta volverlos verdades absolutas que nadie puede (ni debe) rebatir sino quiere acabar sus días acorralado en una esquina, soportando una andanada de golpes del mañoso rival que no perdona ni le interesa destruir con tal de abandonar airoso y en hombros de sus vasallos el ring. Los contratos millonarios con el estado que recibió su hermano Fabricio, antiguo tesorero de la campaña presidencial, luego de ganar las elecciones Rafael Correa, es una cucharada de pinol que se nos dio al descuido –y sin agua- en la boca, que no tuvimos tiempo de digerir cuando lo vimos volverse un ave altos vuelos con empresas fantasmas radicadas en Panamá, con registro de capitales irrisorios (US$ 4.000 apenas) y negocios con la nación por sobre los 200 millones para la construcción de carreteras, puentes, mantenimiento de los campos petroleros y hasta proveedores de herramientas y repuestos para las refinerías nacionales. “La prensa corrupta” informó a tiempo sobre estos perjuicios al país y el presidente se encargó de “adornar” sus verdades; no en vano obliga a los medios –bajo amenaza de no extenderles el contrato del uso de frecuencias (que pertenecen al estado)- a unirse a sus cadenas nacionales por radio y televisión para allí, no defender la transparencia de su mandato, sino vociferar, amenazar usando calificativos y sentencias nada agradables en boca de la “majestad del poder” -que él tanto defiende.

Parece que a ambos hermanos, como a los miembros más visibles del gobierno, no les interesa que se llegue a esclarecer muchas acusaciones en su contra por la actitud que demuestran en el ejercicio del poder y por ello se esfuerzan en mantenernos distraídos con una inmensa carpeta llena de nuevas ocurrencias, fortuitas o creadas, tal una aburrida telenovela mejicana, en la que cada día asoma un nuevo cadáver, una nueva traición o intriga, y cuyo final presenta varios desenlaces -para agrado de la audiencia. Que Ecuador esté ubicado entre los países más corruptos del mundo, no es un título honorífico que nos llene de orgullo, como cuando la selección de futbol clasificó a los dos mundiales anteriores, o Andrés Gómez alzó el trofeo de la victoria en Roland Garros y aquella imagen –inalterable aun hoy en mis ojos- haya recorrido el mundo en primera plana a través de los medios. La última semana recibimos otra estocada: la comunidad internacional ubicó a l país en la lista de países nada colaboradores contra el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. El señor presidente, como es su costumbre, gritó hasta perder la voz –durante su monólogo sabatino, de 09:00 a 13:00 horas, para explicarnos que ello es una patraña del imperialismo (alguien debe ser culpable de nuestros males), que los países ricos del norte carecen de autoridad moral para decir algo porque sus bancos están llenos de dinero sucio, que Ecuador es soberano y nadie nos puede decir con quien llevarnos o qué hacer, porque esos golpes externos le vuelven más fuerte y, además, que él mismo formará otra comisión (con gente de confianza) para que monitoree el lavado de activos aquí. Acusa de “apátridas” a los periódicos y medios que filtraron tal noticia, de buscar la caída de su gobierno con tales infamias, y de ser ciegos ante las bondades del socialismo, donde hay medicinas, casas, libros, uniformes escolares gratis para los más pobres. Amén. Igual sucedió cuando las noticias del exterior informaron que Ecuador “subió” algunos escalones, no en los informes mensuales de la FIFA que se ocupa del futbol, sino en corrupción, hasta liderar junto a Venezuela, Nicaragua y Haití el tablero de posiciones.

Como diría un locutor deportivo local con sueños de revolucionario: “se me cae el alma al suelo” con tales noticias. Y es que el mismo ejecutivo da lugar a tales especulaciones, cuando envuelve su mandato con una telaraña viscosa tras sus continuas apariciones en los medios para insultar a quienes se atreven a cuestionar sus errores, con el insufrible argumento: “Yo gané las elecciones", como si ello fuese merito suficiente para obligar a los demás a ver y callar, a recibir las limosnas de su alma desprendida (con dineros ajenos), mientras la nación se hunde en pedazos durante los días de su administración, -no por falta de dineros, que es justo lo que hubo en abundancia durante los últimos tres años, a tal punto que él mismo afirmara con soberbia durante sus enlaces que aquí nunca llegará la crisis, mientras algunas naciones se hundían en la depresión económica más fuerte de los últimos 80 años, sino por la abundancia de errores en el ejercicio del poder. Ningún gobernante en el pasado obtuvo tantos ingresos por las ventas del petróleo, como ocurrió en este régimen durante el 2007, 2008 y 2009. Cuando Febres Cordero gobernó el precio del barril era US$ 6. En la época de Bucarán fue US$ 22 (y él se volvió "loco" con tanta plata que, al ser derrocado, -se vio en las cámaras, sus lacayos ponían los fajos de billetes en sacos inmensos para llevárselos a Panamá); con Gustavo Noboa US$ 15 (y fue un gobierno cauto que dejó en buen camino al país). La fortuna no es como el cartero que llama varias veces a la puerta, sino una vez y se va para volver en cien años.

Para el 2007 el promedio fue US$ 92, durante el 2008: ¡136! Y el 2009 fue 72. Multipliquemos esta cantidad por 530.000 barriles diarios, luego por 365 días y obtendremos una cifra de algunos ceros que a muchos nos hará perder el sueño pensando en las sumas que ingresaron a las arcas fiscales y en cuántas cosas se dejó de hacer por gastar de modo infame en elecciones, (8 desde que el señor Correa llegó al poder), subsidios a los combustibles, a las harinas, a los fertilizantes, al transporte… manifestaciones de apoyo al régimen (son miles de buses contratados para transportar a "los seguidores" para apoyar su gestión, vienen desde Yantzantza, desde Arenillas, Maldonado, Archidona... cinco dolarcitos por "cráneo", más sánduche de pollo con cola: un tour para conocer la capital); los viajes en comitiva del presidente junto a 80, 100 "empresarios" invitados, cuando en realidad eran y son las secretarias de tal ministro, el "bodyguard" de la esposa de tal o cual personaje del régimen; los insufribles "gabinetes itinerantes" que cruzan el país junto a una sarta de ministros sin don de mando y toma de decisiones propias, grupos de apoyo (los famosos "brigadistas" -hoy “revolucionarios”), hasta los perros caseros, incluido guardia de seguridad privada, el cuerpo de policía y militares.
Con los famosos decretos de emergencia se adquirió –y adquiere- insumos, medicamentos, armas para las fuerzas armadas, la policia...sin licitación alguna, sin saber quiénes son los proveedores y qué garantías ofrecen por sus productos. Se incrementó los rubros de gastos para los uniformados en salarios y adquisición de armamento. Se compró autos de lujo (con precios que oscilan entre US$ 30.000 y 150.000) para ponerlos al servicio de la gente fiel al régimen: jueces, fiscales, alcaldes, los prefectos, gobernadores, simples subsecretarios, ministros y hasta para las esposas de estos, con choferes y guardaespaldas pagados por el estado. Se entregó contratos millonarios para la construcción de carreteras, limpieza de campos contaminados por la explotación petrolera, importación de insumos para la agricultura, el mantenimiento del incipiente industria petrolera…pero con el tiempo nos dimos cuenta que los empresarios, importadores, contratistas, no los que toman un taladro o levantan un martillo, son gente que están con el gobierno. El caso del hermano del presidente obteniendo jugosos contratos, aunque es penado por la ley con la destitución del cargo, en este caso, la presidencia, es un ejemplo menor.

Se nos dijo en las propagandas oficiales, durante la campaña de regalar a la población los bombillos ahorradores de energía, que el precio de éste en el mercado es de 7-9 dólares, pero ¡en la ferretería de la esquina se puede adquirir otro de mejor calidad a $ 2,20!, y su valor en la fábrica –de los que regala el gobierno- en China o la India es ¡0,30 centavos apenas! He leído con horror que los 35.000 chalecos antibalas que tanto se pregonó en los medios tienen un valor de US$ 325 cada uno para el presupuesto de la nación, mas en el mercado del internet se lo puede obtener por 46, y no digamos si vamos directo a los productores. Para las fiestas en el mundo por los 200 años del primer grito de independencia, ¿de dónde salió la platica? Hubo festejos en Génova, desfile en Madrid, farras en Milán. Igual en Nueva York, en Miami y desde allí se transmitió en vivo al Ecuador. Decretos de emergencia eléctrica y el país sufre hasta hoy los racionamientos de energía y seguirán mientras dure la sequía: mucha boca, mucho teatro y más de lo mismo de anteriores gobiernos. Decretos de emergencia cultural: se creó una nueva lista de burocracia dorada, se compra y se alquila edificios, se organiza y paga eventos intrascendentes, obritas de teatro, libros, se confunde farra con cultura y ¿para qué? Hasta aquí se ha invertido US$ 30 millones en el diario El Telégrafo de las arcas del estado, nuestro dinero, ¡y no ha recibido un dólar partido por la mitad de ganancias, o por lo menos una parte razonable que ayude a recuperar la inversión! ¿cuánto ganan los gerentes, administradores y trabajadores de las empresas incautadas a los Isaías y que en vez de venderlas para devolver a los ahorristas cuanto los banco les robaron, se llenó de gente fiel al gobierno, hasta volverlos ineficientes y depender de las arcas estatales para sobrevivir? Con los decretos de emergencia alimenticia se importó harina a un precio y se recargó otro superior al estado. Se trae medicinas y no se tiene bodegas para mantenerlas a la temperatura adecuada, por tanto de dañan y luego se quema...y cuando alguien, al ver estos errores, se atreve a cuestionar, el gobierno amenaza, grita, manda al servicio de rentas internas, los nuevos cuerpos de seguridad al servicio de la revolución, o a sus "brigadistas" a "suavizar", primero y luego a "castigar" contra el osado que mira otro color que no sea el verde limón de su partido, o él mismo baja de su limosina, se quita las gafas oscuras, persigue entre la multitud al que profirió un insulto o hizo un gesto indebido en su contra y allí mismo lanza toda “la majestad del poder”: guardaespaldas bien armados, policías, militares y ordena llevar preso al indefenso ciudadano, como si él fuera juez. Luego vuelve a su limosina negra, calza sus gafas oscuras y sigue repartiendo besos en el aire a niños y ancianas.

Son tantos errores que el mandatario ha cometido y es tanta su empeño en no querer rectificar. Ganó ocho elecciones consecutivas, amenaza con dos plebiscitos este año y seguro que va a ganar, mas ello no significa que estamos en la dirección correcta. Aquí hay dos grupos económicos bien evidentes que se disputan el manejo de los recursos del estado: Rafael Correa sabe que el voto ciudadano es el medio para llegar a ello. A él mismo quizás no le interesa recibir un céntimo del estado (como economista o administrador quebraría al intentar su primer negocio, que es justo lo que está haciendo con el país). De ningún modo. No es el dinero lo que le mueve a él. Es el brillo, es la espectacularidad, el show mediático frente a las cámaras, las relaciones con el poder político mundial, las fotos en los periódicos del planeta junto a Fidel, a Lula, (Obama hasta hoy no le ha extendido una invitación a la Casa Blanca, y no lo hará durante su mandato), los comentarios favorables en los diarios; y tal vez por ello, cuanto ocurra con la gente de confianza a su alrededor le es indiferente.

Desde hace meses que él se encarga de crearnos un nuevo enemigo; ya no es la prensa corrupta, no son los Isaías, los pelucones o el presidente de Colombia Uribe, figuras que ya no causan espanto en la población. Atras quedan las denuncias en corrupción y lazos con el narcotrafico en su contra. Hoy se prepara el camino para lo que podria ser la ultima estocada en el climax de su arrogancia: acabar de una vez con la dolarización. El cuida su imagen desde hoy. El mensaje es que él hace mucho para controlar a los banqueros, hoy los enemigos mas perversos del estado; aunque hasta un ciego puede imaginar lo que pasa: no hay dinero en las arcas fiscales! Se acabó la orgía y hoy el gobierno despierta con esa resaca moral.

Una pregunta sana, qué va a pasar cuando los depositantes se enteren de que los bancos ya no les pueden garantizar la devolución de sus dineros -si ellos así lo piden, porque el gobierno obliga a depositar el 47% del total del dinero que poseen los bancos privados en su caja chica llamada Banco Central? Habrá una corrida espectacular de capitales al exterior, dios, no quiero ni imaginar, las colas de clientes pidiendo sus ahorros en las ventanillas de los bancos serán interminables. Y qué va a pasar después, cuando los bancos digan que ya no tienen más plata? Con qué dinero socorrerá el Banco Central a los bancos publicos? Las lecciones de pasado son para aprender, pero ello al señor Correa le tiene sin cuidado. Es publica la notica de que bajaron las reservas nacionales de libre disponibilidad que sostienen el sistema monetario del país, de 7,560 millones a casi 1160 millones? Que no pague el estado al IESS los 788 millones que le adeuda, es motivo de preocupación.

-Te quedas sin salario! -Interrumpe de pronto mi madre-. Fariseo, ahora entiendo por que tanta candela!
-Madre-, le pido mirarme a la cara-, tu sabes que no es así. Además, si no recibo mi pensión, no tendremos pan sobre la mesa. Ah, y otro asunto: ya no recibirás mi salario en dolares, sino en sucres, alfaros o correas!
A ella no parecio molesarle demasiado la idea, y por ello replicó de inmediato: -En qué condiciones estarán las máquinas de imprimir billetes que el Banco Central adquirió hace 15 años?
Importaremos otra vez dinero ecuatoriano hecho en EE.UU.- Le contesto de inmediato.
-Cómo, pregunta ella, dejando de lado sus lentes, las agujas de tejer, dando un sonoro golpe con el tacón sobre el piso de madera. -Es que no somos capaces de hacer nuestras monedas siquiera? Hijo, no me vengas con pendejadas!!!
-Madre-, hablo sin exaltarme, sintiendome ganador -es que el país no posee maquinaria adecuada para sacar billetes con alta seguridad, imposibles de ser copiados. Al llegar la dolarización, perdimos mucho terreno en la fabricación de moneda local. Eso es tecnología de punta. Y por ello, hoy es mas conveniente pagar.
-Otra vez los chinos? -Se exaltó de nuevo.
-No. Los gringos, los franceses, los ingleses son los grandes fabricantes de monedas de muchos lugares, a fin de evitar dentro de sus fronteras una cadena de corrupción. Cada nación que manda a fabricar una cantidad de dinero pone a cambio su respaldo en dolares. Los barcos traen contenedores llenos de billetes (eso pasaba durante el gobierno de Mahuad) que son ingresados de inmediato a las bodegas de los banco centrales. Mi temor con este gobierno es que el insista en adquirir la maquinaria, que no cuesta un pelo de cochino y solo hay cinco o seis proveedores, y se dedique a fabricar moneda.
-Eso dará trabajo a mucha gente-, sonríe ella.
-Estoy de acuerdo. Pero a gente del gobierno. No te acuerdas cómo hace quince años mas o menos, algunos trabajadores del banco central fueron sorpendidos por las camaras de seguridad sacando fajos de billetes? Es una máquina milagrosa, simplemente: imprime dinero sin descanzo y como el loto: alcanza para todos y sobra.
-No pienses siempre en lo peor! Romulo, como que te conosco. Ya te me vuelves aburrido.
-Madre, insisto, es que no vislumbro luz a la salida del tunel, sino otra vez tinieblas. Con estas palabras nos fuimos a la cena. Allí, con la mesa puesta seguimos hablando.

Él sabe que tiene mucho carisma, que despierta pasiones en la gente, pero aprendió también –durante su tiempo de forajido- que en Ecuador un gobierno es destituido pronto. Él mismo lo dijo alguna vez -tras la caída del coronel Gutiérrez: "hay que botar cuantos gobiernos corruptos sea necesario, hasta conseguir un nuevo país". Un tenista de élite sabe que sus días de gloria acabarán cuando surja otro más joven. En política es cuando asome otro más audaz. Rafael Correa no cederá fácil su sillón a un intruso que quiera arrebatárselo, ni siquiera a sus seguidores y menos de la oposición. Lo de los grupos económicos es secundario. Unos engordan hoy con los negocios del estado, los otros igual con sus empresas privadas, ya que las leyes –durante la oscura noche liberal o socialista- fueron redactadas para favorecer justo a los más fuertes. Total, ambos grupos pertenecen a las mismas familias que gobernaron el país durante las últimas tres décadas. Mañana les toca el turno a los otros, de la mano de Correa o de cualquier advenedizo que gane las elecciones, que pueden ser en 50 años, tal el ejemplo cubano, de acuerdo a los sueños del actual gobernante.

Ojala prime la razón durante sus años en el sillón presidencial, no importa si son décadas, si después de aquel tiempo, nuestros nietos, como ahora en Corea, viviendo alguna vez en un país próspero, con trabajo estable, bien remunerado, con planes de salud y jubilación digna, van a visitar el museo de la pobreza -como hoy en Seul- y ven con espanto y compasión a la vez, cuán duro fue la vida de sus padres, abuelos y admiran a la vez cómo ellos con empeño y amor al trabajo conviertieron su nación pobre, subdesarrollada en un país próspero. Aunque si ocurre ello en el futuro, deberán también abrir el museo de la infamia, para que -viendo la miseria intelectual de nuestros gobernantes y el conformismo de nuestra parte- digan: nunca más de esto; tal las expresiones de los visitantes en el museo de la pobreza en Seul, y salen de nuevo a trabajar con entusiasmo por una Corea más grande y unida.