Friday, June 25, 2010

LOS “REVOLUCIONARIOS” O LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES

Los “revolucionarios” ofrecen cambiar los cimientos de la democracia desde su torpe visión de acumular todos los poderes del estado, de adueñarse de las empresas estatales y de los recursos naturales para administrar sus fondos, apoyado por una horda de tecnócratas, intelectuales y más artistas sin empleo que hasta hace poco eran nadie, sobrevivientes de otros clanes políticos que no tuvieron espacio, por pequeños y por manejar proyectos políticos irreales frente al sistema de mayorías móviles que fueron y son grupos de poder con suficientes recursos para “invertir en democracia” de a cuerdo a sus intereses económicos de clan; sin ideología alguna, más que ese afán de saquear las arcas públicas.

Ellos crecieron y se multiplicaron a la sombra de los grandes partidos tradicionales y de sus constantes errores. Hicieron alianzas, pactos, siempre tuvieron su tajada a la hora de repartirse el gobierno, pero nunca el poder. Sus ideales de revolución sólo cabían en sueños y libros, en la cátedra, porque eran demasiado tímidos y amaban tanto su comodidad como para incorporarse a la guerrilla, refugiarse en la selva, calzar botas de caucho, llenarse los pies con hongos, la piel del cuerpo con sarnas, dormir en carpas improvisadas e incorporarse antes del amanecer para seguir escapando o provocando al ejército. Mientras que a Fidel Castro y sus hombres les inspiraba el humo de la pólvora que salía de sus fusiles, nuestros intelectuales –hoy en el poder- ¡no saben qué hacer con un arma en sus manos! Fidel no tuvo empacho en dejar morir al Che Guevara en Bolivia, no tuvo escrúpulos para mandar a fusilar a sus compañeros de lucha, convertidos por él en adversarios políticos. Nuestros revolucionarios temen a las frías mazmorras de la cárcel, para Fidel, cuando joven, fue su hogar. Nuestros intelectuales sueñan con publicar cien libros y que sus nombres brinquen de inmediato en el buscador de Internet, Fidel en cambio recién a sus 80 años, cuando no se ocupa de controlar los hilos secretos del poder, escribe sus memorias. (Lo que asoma en los medios, sus manifiestos, si los analizamos bien, son escritos de otras personas).

Los intelectuales de mi generación y hasta los más jóvenes que hoy están en el gobierno, buscaron siempre al caudillo que les ayudaría a cumplir sus sueños de perro -que ellos no pudieron realizar con sus débiles cuerpos. Y es que para llegar a la meta se requiere de disciplina, cosa que ellos no practican porque arguyen que no “quieren encajonar sus vidas”. Además de constancia, mucha lengua y un curso -no precisamente por Internet- de cómo convertir en diamante una gran mentira. Nuestros intelectuales son demasiado tímidos. Fidel sólo teme al olvido después de muerto. Un “revolucionario” debe tener una energía potenciada, como si bebiera un endiablado cóctel de whisky con Red Bull, un olfato y estómago de mendigo para comer en fina mesa o en el suelo y con los dedos -cuando otros quisieran vomitar. No hay excusa para no asomar donde hay dolor, donde hay tragedia, donde hay futbol porque ello conmueve a la gente, acompañado de las cámaras de TV, reporteros de prensa, en medio de esbeltas secretarias, regios cuerpos de seguridad con gafas oscuras, militares, policías y más payasitos de caravana con título de súper ministros.

El “revolucionario” llegó tarde a la fiesta, cuando la algarabía acabó y en una esquina del salón aún hay algunos borrachitos que tardan en irse porque piensan que la gran celebración aún no ha comenzado sin ellos. E ignoran que hoy el muro de Berlín es un sitio de atracción apenas, al que acuden muchos turistas y soñadores convencidos de que su derrocamiento fue la mejor obra del espíritu revolucionario del siglo pasado. Yo asistí a un ciclo de conferencias en Berlín por aquellos tiempos y pude ver en sus calles a los primeros “escapados” de la Alemania Socialista: venían a comprar bananas, cámaras de video, hasta chocolates y dulces, porque comercio, industria y tecnología al otro lado de la muralla –con tanta intervención estatal- había desaparecido o simplemente se mudó a regiones más prósperas. Y hoy, nadie quiere volver a ello. Fue una estupidez de nuestros gobernantes, que fueron títeres de Moscú, afirman. “Got sei Dank, es is alles vorbei”, dicen, casi queriendo escupir y arrojar de sus cuerpos esos restos de socialismo que siempre llevarán bajo sus pieles.

El modelo cubano que los “revolucionarios” intentan reeditar en nuestras tierras tropicales no funcionó, simplemente. De ello se dio cuenta Fidel y decidió, más que por razones de salud, por cuidar su imagen de cara a la historia, abandonar el escenario político por la puerta de atrás, sin admitir su fracaso en público, porque ello sería un golpe certero de realidad para muchos soñadores del mundo, y en vez de ello encarga los destinos de la isla a su hermano Raúl, una figura menos relevante en la mente de los llamados progresistas, y que abundan en el mundo, que sueñan aún con tomarse el poder con las armas, que creen en la lucha del proletariado (cuando en Ecuador el 31% de los jóvenes están sin empleo, el 55% del total de la población en la subocupación, el 26.5% en puestos públicos que consiguieron apoyando a su líder a cambio de sumisión). Pero Joan Manuel Serrat hace tiempo que no saca un nuevo álbum con creaciones tales como las que nos ponían eufóricos y rebeldes hace más de treinta años, Mercedes Sosa –cuya voz y voluptuosidad nos inspiraba a volvernos los “Robín Hood cholos” contra los “malditos capitalistas”, descansa en una fosa. Alberto Cortés –mi preferido- vive feliz en un asilo de ancianos; mientras Piero –con su corazón revolucionario al servicio de la derecha (dicen los mejicanos a este fenómeno: navegar con bandera de pendejo)- va con sus músicos y coros tan ancianos como él por el mundo, tal un concierto de dinosaurios sobre el escenario.

Los rostros de los hermanos Castro reflejan el espíritu de los jóvenes seguidores de una revolución que fue necesaria en su tiempo y que, una vez despojado del poder Batista y sus grupos económicos tras él, en vez de poner a andar la nación por la senda de la democracia y del desarrollo económico, dedicaron sus vidas –admirables hasta entonces- a luchar por conseguir el control absoluto de la nación, hasta convertirse en el gobierno de una élite política fiel a su líder, no a sus principios, con demasiados privilegios frente a una población que poco a poco se cansó de esperar los frutos del cambio de sistema político-económico y que, al no verlos, muchos decidieron emigrar –los que pudieron- a otras naciones, mientras la mayor parte resignó sus sueños a cambio de un ticket para hacer cola y recibir frijoles, arroz, un paquete con leche en polvo; algo así como el bono de pobreza en Ecuador, o los comedores populares de Perú: se quedó a vivir bajo la protección del estado -a cambio de silencio y obediencia, porque de la comida y la educación se encarga éste, mientras los medios de producción le pertenezcan.

Si tan bueno es el sistema socialista en Cuba, ¿porque su gente trata de abandonar la isla? Meses, años después de instaurado el régimen de Fidel Castro, miles de pescadores arriesgaban sus vidas en sencillas embarcaciones de palos para llegar a las costas de Miami. El gobierno de los Estados Unidos, también de México y varias naciones de Centro América, por razones humanitarias acogieron a los recién llegados, les otorgaban la ciudadanía y hasta trabajo seguro, pero con el tiempo fueron endureciendo sus posturas al ver que ello se volvía un fenómeno migratorio de gran escala e impusieron graves restricciones a los extranjeros; mas ello no detuvo la migración y los cubanos siguieron arriesgando sus vidas para escapar del régimen socialista. En la actualidad nuestro país es para muchos de ellos un sitio de paso a otras regiones, como EE.UU., Canadá, Europa, aprovechando la doble nacionalidad –vía matrimonio, por 200 dólares apenas. A otros se les otorga el estatus de residentes a pocos días de aterrizar aquí; sin mucho trámite y en pocos meses, con la complicidad de las autoridades gubernamentales, ellos obtienen el pasaporte ecuatoriano. El presidente Rafael Correa, a principios de su gobierno, ordenó abrir las fronteras del país al mundo y ello significó que cualquier ciudadano de afuera pueda ingresar acá sin visa alguna, ¡mientras que las autoridades de otros países endurecieron sus leyes migratorias contra los ecuatorianos!

Aquí nadie se ha dado cuenta de que vivimos en plena era del Internet, de que hay un presidente negro en la nación más poderosa del planeta; Avatar es un film, no un estado de ánimo; los jóvenes ignoran quién fue Frank Sinatra y tampoco le gusta las películas de vaqueros. Los rebeldes del siglo XX pasaron años enteros escondidos en las montañas comiendo sopa en latas, arroz con frijoles, picados de las serpientes y los mosquitos, con las barbas largas, no porque ello haya sido la insignia del guerrillero de entonces, sino porque la extinta URSS les enviaba fusiles y balas, menos hojas para afeitarse; nuestros “revolucionarios” en cambio visten ropas y zapatos de marca, se movilizan en automotores de lujo (cada ministro -32 en total- tiene a su servicio autos que en el mercado están sobre los 60 mil dólares. O ¿Cuánto vale el Toyota 4 Runner del ministro de trabajo? US$ 87.990), ostentan relojes suizos en sus débiles y blancas manos. Y mientras ellos hablan de radicalizar la revolución, Raúl Castro tiene la misión de ir sacando poco a poco a Cuba del sistema actual para adoptar otro y no porque el capitalismo ofrezca la mejor alternativa, sino porque el modelo socialista que ellos se esmeraron en cultivar fracasó, así de simple. Deberá esforzarse por quitar a su feudo el honroso título de las naciones menos industrializadas, de bajar los niveles de corrupción (puesto 122 de 188 naciones). Raúl Castro abre las puertas de su país a las inversiones extranjeras, mientras Ecuador las cierra. Que hubo avances después de la era de Batista en el campo de la salud, que nuevos sectores se incorporaron a la repartición de la riqueza interna, que los estándares de vida mejoraron en comparación con el régimen anterior es innegable, ¡pero ello ocurrió hace 50 años! En la actualidad la salud sigue siendo gratuita, pero los enfermos tienen que hacer filas durante uno o dos días para recibir una simple pastilla contra la gripe. O esperar meses, años por una operación complicada y hasta ello el paciente muere; mientras la clase privilegiada en el poder tiene acceso a cualquier servicio sin necesidad de hacer interminables filas. La prostitución no dejó de ser una fuente de ingresos, como en tiempos de Batista, y hoy mucho más entre los florecientes negocios del turismo, manejados por “capitalistas” foráneos, justo yanquis y europeos, mientras los burdeles “populares” siguen en manos locales.

A los caudillos no les interesa el destino de sus pueblos, sino alimentar su ego. Y para ello hay una sarta de aduladores, un equipo domesticado a su modo que inclinan sus cabezas cuando éstos hablan (el miedo a la súbdita reacción del líder los llena de tics nerviosos). Son pintores, cantantes, poetas, catedráticos, cuyas vidas dependen de las arcas estatales para su supervivencia, no de la capacidad de sus oficios. Sus obras reflejan la mediocridad de sus espíritus y estos son -por ende- el reflejo de la calidad de gente que hoy forma parte del gobierno. No hay un escritor, un artista, un intelectual de relevancia en las filas gobiernistas, con una obra sólida y que merezca respeto por sus creaciones y su personalidad. Aquí no hay ideología. Vivimos la era de los tecnócratas, de la burguesía burocrática que, tal sanguijuelas en la epidermis del estado, succionan la sangre hasta dejar en huesos su presa. Lo importante es no contradecir ni enojar al líder, porque ello puede significar el despido. Ellos son los encargados de engrandecer la imagen del ídolo entre la población más joven y más pobre. Los asesores de imagen buscan su mejor perfil para las cámaras de televisión: el hombre grande y fuerte, que siempre toma en cuenta en sus discursos a los hambrientos; el que regala una casita, una tableta, un beso en la mejilla, una foto en plena calle: el perfil del hombre blanco, del capataz de hacienda, porque Ecuador es un país con gente acomplejada de sus orígenes. Aunque el señor Correa comparta su mandato con indios y negros, ello no es por convicción, sino por simple equilibrio de fuerzas entre los sectores que apoyaron su candidatura hasta llegar a la presidencia.

Para ellos la inspiración no viene del hecho grandioso -y a la vez poético que significó la revolución cubana, del cumplimiento de la teoría marxista, como fue la toma del poder por las armas; no viene del heroico asalto al cuartel Moncada, o de la euforia y generosidad de vida que mostró el Che Guevara, al convertir su lucha por una causa noble, como fue la revolución, en la mejor medicina contra su asma y epilepsia. Su fuente de inspiración viene de los fundadores del fascismo en el siglo XIX, Carlyle y Nietzsche, quienes manejaron la idea del súper hombre, del caudillo mesiánico que la tierra engendra cada cien años para imponer su voluntad y al que los demás deben obedecer sin resistencia alguna. No cabe en sus mentes que ellos no son los generadores de algo, sino –como en la genética- el resultado de la evolución social, y que en la historia, Tutankamón, Julio Cesar son nombres referenciales apenas de una época con un determinado proceso económico y político. No que sin ellos las sociedades de entonces se hubieran estancado, sino que tarde o temprano aquel proceso debió ocurrir tal y como hoy está estructurado en los libros. Tal vez habría variado en algo la trama, pero el desenlace sería de cualquier modo el mismo; que se llamen Gandhi, Hitler u Obama es casual: los seres humanos seguimos un ciclo evolutivo, a veces hacia atrás, como nuestro caso, pero ciclo al fin.

El caudillo debe saber cuándo y dónde abrir la boca, debe estar en el sitio y en el tiempo preciso. Si hay una tragedia que conmueve a la nación, él debe ir allí, aunque juegue con los sentimientos de los familiares de los muertos. Se pone poncho y sombrero en reuniones con los movimientos indígenas y campesinos, viste ropa casual para sus reuniones con los jóvenes, trajes Armani y camisas blancas con motivos, no siquiera precolombinos o preincaicos, sino una mezcla burda de líneas tibetanas y guatemaltecas, para sus reuniones con los cuerpos diplomáticos acreditados aquí. Son mil caras en una sola persona, como el monstruo –de la antigua Grecia- que esperaba a la puerta de la ciudad a los extranjeros. Para él la comunicación con las masas es la base de su gobierno, por ello va de pueblo en pueblo con sus ministros. Allí maneja la imagen del padre fuerte, del macho reproductor de la manada que lleva las riendas del estado. Asistir a sus shows es una especie de ritual mediático. Hitler fue un gran orador. Chávez magnetiza a las masas donde quiera que vaya. Es la imagen radiante del poder, un Fidias que cuanto toca se transforma; aunque el personaje de Tebas murió de hambre, porque todo en sus manos se volvía oro, hasta los alimentos que llevaba a su boca. No cabe duda de que se trata de un personaje con instintos políticos y de supervivencia extraordinarios. Un seductor que cuanto mira y toca se transforma en votos. En Ecuador tenemos Correa para largo y aunque muchos le acusen de desarticular la oposición, su golpe de magia fue incorporar ésta a su gobierno, llámese Partido Social Cristiano (hoy Madera de Guerrero), ID, MPD, Pachacutic, hasta el MIR (que nunca fue partido político), el PRE, Sociedad Patriótica del coronel Gutiérrez: son felices y viven su luna de miel con el señor Correa; así que no hay por qué acusar a éste de ser un dictador, sino todo lo contrario, resulta que él es un hábil concertador, y no pocos quisieran tener tales habilidades para mantenerse a flote en el poder.

Pero la evolución social o la biología hará lo que tiene que hacer con tales líderes y excrementos políticos a su alrededor y más temprano que tarde veremos una transición.

Friday, March 19, 2010

LOS HOMBRES TIMIDOS


Decía Confucio: "Es común en los hombres tímidos abusar del poder que les brinda el gobierno para destruir su nación, convencidos de ser fuertes". Las marchas y levantamientos de la oposición que se anuncian en Ecuador en contra del régimen de Rafael Correa tienen su origen en los errores que éste (y la gente a su alrededor) cometen cada día, va más allá de si estamos en contra o a favor del mismo, y tiene que ver con la palabra dignidad; pues la nación desde hace algunos años se ha convertido en una tierra sin ley ni horizonte, dónde el que más grita, amenaza e insulta es el que tiene la razón, donde un escándalo gubernamental o fuera de él se borra pronto con otro más grave; donde ninguna investigación avanza a algún lado porque se estanca en las tediosas discusiones de si cumplir con la ley (redactada por el oficialismo) e ir hasta el fondo de la acusación -o guardar las espaldas de quien los eligió para ser miembros de las infaltables comisiones (de la verdad), so pena de ser destituidos, revisar el pasado de ellos (que no es nada claro) y no brillar más en el codiciado escenario de la política que, en un día de fortuna pueden volverse superministros o simples peones del socialismo.

En nada quedaron las acusaciones de que movimiento PAIS, fundado y liderado por Rafael Correa, fue apoyado durante su camino hacia la presidencia de la nación república por las FARC, porque él mismo se encargó de destapar y engrandecer nuevos escándalos que martilleó –tal un corpulento y torpe boxeador sobre el tablado, hasta volverlos verdades absolutas que nadie puede (ni debe) rebatir sino quiere acabar sus días acorralado en una esquina, soportando una andanada de golpes del mañoso rival que no perdona ni le interesa destruir con tal de abandonar airoso y en hombros de sus vasallos el ring. Los contratos millonarios con el estado que recibió su hermano Fabricio, antiguo tesorero de la campaña presidencial, luego de ganar las elecciones Rafael Correa, es una cucharada de pinol que se nos dio al descuido –y sin agua- en la boca, que no tuvimos tiempo de digerir cuando lo vimos volverse un ave altos vuelos con empresas fantasmas radicadas en Panamá, con registro de capitales irrisorios (US$ 4.000 apenas) y negocios con la nación por sobre los 200 millones para la construcción de carreteras, puentes, mantenimiento de los campos petroleros y hasta proveedores de herramientas y repuestos para las refinerías nacionales. “La prensa corrupta” informó a tiempo sobre estos perjuicios al país y el presidente se encargó de “adornar” sus verdades; no en vano obliga a los medios –bajo amenaza de no extenderles el contrato del uso de frecuencias (que pertenecen al estado)- a unirse a sus cadenas nacionales por radio y televisión para allí, no defender la transparencia de su mandato, sino vociferar, amenazar usando calificativos y sentencias nada agradables en boca de la “majestad del poder” -que él tanto defiende.

Parece que a ambos hermanos, como a los miembros más visibles del gobierno, no les interesa que se llegue a esclarecer muchas acusaciones en su contra por la actitud que demuestran en el ejercicio del poder y por ello se esfuerzan en mantenernos distraídos con una inmensa carpeta llena de nuevas ocurrencias, fortuitas o creadas, tal una aburrida telenovela mejicana, en la que cada día asoma un nuevo cadáver, una nueva traición o intriga, y cuyo final presenta varios desenlaces -para agrado de la audiencia. Que Ecuador esté ubicado entre los países más corruptos del mundo, no es un título honorífico que nos llene de orgullo, como cuando la selección de futbol clasificó a los dos mundiales anteriores, o Andrés Gómez alzó el trofeo de la victoria en Roland Garros y aquella imagen –inalterable aun hoy en mis ojos- haya recorrido el mundo en primera plana a través de los medios. La última semana recibimos otra estocada: la comunidad internacional ubicó a l país en la lista de países nada colaboradores contra el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. El señor presidente, como es su costumbre, gritó hasta perder la voz –durante su monólogo sabatino, de 09:00 a 13:00 horas, para explicarnos que ello es una patraña del imperialismo (alguien debe ser culpable de nuestros males), que los países ricos del norte carecen de autoridad moral para decir algo porque sus bancos están llenos de dinero sucio, que Ecuador es soberano y nadie nos puede decir con quien llevarnos o qué hacer, porque esos golpes externos le vuelven más fuerte y, además, que él mismo formará otra comisión (con gente de confianza) para que monitoree el lavado de activos aquí. Acusa de “apátridas” a los periódicos y medios que filtraron tal noticia, de buscar la caída de su gobierno con tales infamias, y de ser ciegos ante las bondades del socialismo, donde hay medicinas, casas, libros, uniformes escolares gratis para los más pobres. Amén. Igual sucedió cuando las noticias del exterior informaron que Ecuador “subió” algunos escalones, no en los informes mensuales de la FIFA que se ocupa del futbol, sino en corrupción, hasta liderar junto a Venezuela, Nicaragua y Haití el tablero de posiciones.

Como diría un locutor deportivo local con sueños de revolucionario: “se me cae el alma al suelo” con tales noticias. Y es que el mismo ejecutivo da lugar a tales especulaciones, cuando envuelve su mandato con una telaraña viscosa tras sus continuas apariciones en los medios para insultar a quienes se atreven a cuestionar sus errores, con el insufrible argumento: “Yo gané las elecciones", como si ello fuese merito suficiente para obligar a los demás a ver y callar, a recibir las limosnas de su alma desprendida (con dineros ajenos), mientras la nación se hunde en pedazos durante los días de su administración, -no por falta de dineros, que es justo lo que hubo en abundancia durante los últimos tres años, a tal punto que él mismo afirmara con soberbia durante sus enlaces que aquí nunca llegará la crisis, mientras algunas naciones se hundían en la depresión económica más fuerte de los últimos 80 años, sino por la abundancia de errores en el ejercicio del poder. Ningún gobernante en el pasado obtuvo tantos ingresos por las ventas del petróleo, como ocurrió en este régimen durante el 2007, 2008 y 2009. Cuando Febres Cordero gobernó el precio del barril era US$ 6. En la época de Bucarán fue US$ 22 (y él se volvió "loco" con tanta plata que, al ser derrocado, -se vio en las cámaras, sus lacayos ponían los fajos de billetes en sacos inmensos para llevárselos a Panamá); con Gustavo Noboa US$ 15 (y fue un gobierno cauto que dejó en buen camino al país). La fortuna no es como el cartero que llama varias veces a la puerta, sino una vez y se va para volver en cien años.

Para el 2007 el promedio fue US$ 92, durante el 2008: ¡136! Y el 2009 fue 72. Multipliquemos esta cantidad por 530.000 barriles diarios, luego por 365 días y obtendremos una cifra de algunos ceros que a muchos nos hará perder el sueño pensando en las sumas que ingresaron a las arcas fiscales y en cuántas cosas se dejó de hacer por gastar de modo infame en elecciones, (8 desde que el señor Correa llegó al poder), subsidios a los combustibles, a las harinas, a los fertilizantes, al transporte… manifestaciones de apoyo al régimen (son miles de buses contratados para transportar a "los seguidores" para apoyar su gestión, vienen desde Yantzantza, desde Arenillas, Maldonado, Archidona... cinco dolarcitos por "cráneo", más sánduche de pollo con cola: un tour para conocer la capital); los viajes en comitiva del presidente junto a 80, 100 "empresarios" invitados, cuando en realidad eran y son las secretarias de tal ministro, el "bodyguard" de la esposa de tal o cual personaje del régimen; los insufribles "gabinetes itinerantes" que cruzan el país junto a una sarta de ministros sin don de mando y toma de decisiones propias, grupos de apoyo (los famosos "brigadistas" -hoy “revolucionarios”), hasta los perros caseros, incluido guardia de seguridad privada, el cuerpo de policía y militares.
Con los famosos decretos de emergencia se adquirió –y adquiere- insumos, medicamentos, armas para las fuerzas armadas, la policia...sin licitación alguna, sin saber quiénes son los proveedores y qué garantías ofrecen por sus productos. Se incrementó los rubros de gastos para los uniformados en salarios y adquisición de armamento. Se compró autos de lujo (con precios que oscilan entre US$ 30.000 y 150.000) para ponerlos al servicio de la gente fiel al régimen: jueces, fiscales, alcaldes, los prefectos, gobernadores, simples subsecretarios, ministros y hasta para las esposas de estos, con choferes y guardaespaldas pagados por el estado. Se entregó contratos millonarios para la construcción de carreteras, limpieza de campos contaminados por la explotación petrolera, importación de insumos para la agricultura, el mantenimiento del incipiente industria petrolera…pero con el tiempo nos dimos cuenta que los empresarios, importadores, contratistas, no los que toman un taladro o levantan un martillo, son gente que están con el gobierno. El caso del hermano del presidente obteniendo jugosos contratos, aunque es penado por la ley con la destitución del cargo, en este caso, la presidencia, es un ejemplo menor.

Se nos dijo en las propagandas oficiales, durante la campaña de regalar a la población los bombillos ahorradores de energía, que el precio de éste en el mercado es de 7-9 dólares, pero ¡en la ferretería de la esquina se puede adquirir otro de mejor calidad a $ 2,20!, y su valor en la fábrica –de los que regala el gobierno- en China o la India es ¡0,30 centavos apenas! He leído con horror que los 35.000 chalecos antibalas que tanto se pregonó en los medios tienen un valor de US$ 325 cada uno para el presupuesto de la nación, mas en el mercado del internet se lo puede obtener por 46, y no digamos si vamos directo a los productores. Para las fiestas en el mundo por los 200 años del primer grito de independencia, ¿de dónde salió la platica? Hubo festejos en Génova, desfile en Madrid, farras en Milán. Igual en Nueva York, en Miami y desde allí se transmitió en vivo al Ecuador. Decretos de emergencia eléctrica y el país sufre hasta hoy los racionamientos de energía y seguirán mientras dure la sequía: mucha boca, mucho teatro y más de lo mismo de anteriores gobiernos. Decretos de emergencia cultural: se creó una nueva lista de burocracia dorada, se compra y se alquila edificios, se organiza y paga eventos intrascendentes, obritas de teatro, libros, se confunde farra con cultura y ¿para qué? Hasta aquí se ha invertido US$ 30 millones en el diario El Telégrafo de las arcas del estado, nuestro dinero, ¡y no ha recibido un dólar partido por la mitad de ganancias, o por lo menos una parte razonable que ayude a recuperar la inversión! ¿cuánto ganan los gerentes, administradores y trabajadores de las empresas incautadas a los Isaías y que en vez de venderlas para devolver a los ahorristas cuanto los banco les robaron, se llenó de gente fiel al gobierno, hasta volverlos ineficientes y depender de las arcas estatales para sobrevivir? Con los decretos de emergencia alimenticia se importó harina a un precio y se recargó otro superior al estado. Se trae medicinas y no se tiene bodegas para mantenerlas a la temperatura adecuada, por tanto de dañan y luego se quema...y cuando alguien, al ver estos errores, se atreve a cuestionar, el gobierno amenaza, grita, manda al servicio de rentas internas, los nuevos cuerpos de seguridad al servicio de la revolución, o a sus "brigadistas" a "suavizar", primero y luego a "castigar" contra el osado que mira otro color que no sea el verde limón de su partido, o él mismo baja de su limosina, se quita las gafas oscuras, persigue entre la multitud al que profirió un insulto o hizo un gesto indebido en su contra y allí mismo lanza toda “la majestad del poder”: guardaespaldas bien armados, policías, militares y ordena llevar preso al indefenso ciudadano, como si él fuera juez. Luego vuelve a su limosina negra, calza sus gafas oscuras y sigue repartiendo besos en el aire a niños y ancianas.

Son tantos errores que el mandatario ha cometido y es tanta su empeño en no querer rectificar. Ganó ocho elecciones consecutivas, amenaza con dos plebiscitos este año y seguro que va a ganar, mas ello no significa que estamos en la dirección correcta. Aquí hay dos grupos económicos bien evidentes que se disputan el manejo de los recursos del estado: Rafael Correa sabe que el voto ciudadano es el medio para llegar a ello. A él mismo quizás no le interesa recibir un céntimo del estado (como economista o administrador quebraría al intentar su primer negocio, que es justo lo que está haciendo con el país). De ningún modo. No es el dinero lo que le mueve a él. Es el brillo, es la espectacularidad, el show mediático frente a las cámaras, las relaciones con el poder político mundial, las fotos en los periódicos del planeta junto a Fidel, a Lula, (Obama hasta hoy no le ha extendido una invitación a la Casa Blanca, y no lo hará durante su mandato), los comentarios favorables en los diarios; y tal vez por ello, cuanto ocurra con la gente de confianza a su alrededor le es indiferente.

Desde hace meses que él se encarga de crearnos un nuevo enemigo; ya no es la prensa corrupta, no son los Isaías, los pelucones o el presidente de Colombia Uribe, figuras que ya no causan espanto en la población. Atras quedan las denuncias en corrupción y lazos con el narcotrafico en su contra. Hoy se prepara el camino para lo que podria ser la ultima estocada en el climax de su arrogancia: acabar de una vez con la dolarización. El cuida su imagen desde hoy. El mensaje es que él hace mucho para controlar a los banqueros, hoy los enemigos mas perversos del estado; aunque hasta un ciego puede imaginar lo que pasa: no hay dinero en las arcas fiscales! Se acabó la orgía y hoy el gobierno despierta con esa resaca moral.

Una pregunta sana, qué va a pasar cuando los depositantes se enteren de que los bancos ya no les pueden garantizar la devolución de sus dineros -si ellos así lo piden, porque el gobierno obliga a depositar el 47% del total del dinero que poseen los bancos privados en su caja chica llamada Banco Central? Habrá una corrida espectacular de capitales al exterior, dios, no quiero ni imaginar, las colas de clientes pidiendo sus ahorros en las ventanillas de los bancos serán interminables. Y qué va a pasar después, cuando los bancos digan que ya no tienen más plata? Con qué dinero socorrerá el Banco Central a los bancos publicos? Las lecciones de pasado son para aprender, pero ello al señor Correa le tiene sin cuidado. Es publica la notica de que bajaron las reservas nacionales de libre disponibilidad que sostienen el sistema monetario del país, de 7,560 millones a casi 1160 millones? Que no pague el estado al IESS los 788 millones que le adeuda, es motivo de preocupación.

-Te quedas sin salario! -Interrumpe de pronto mi madre-. Fariseo, ahora entiendo por que tanta candela!
-Madre-, le pido mirarme a la cara-, tu sabes que no es así. Además, si no recibo mi pensión, no tendremos pan sobre la mesa. Ah, y otro asunto: ya no recibirás mi salario en dolares, sino en sucres, alfaros o correas!
A ella no parecio molesarle demasiado la idea, y por ello replicó de inmediato: -En qué condiciones estarán las máquinas de imprimir billetes que el Banco Central adquirió hace 15 años?
Importaremos otra vez dinero ecuatoriano hecho en EE.UU.- Le contesto de inmediato.
-Cómo, pregunta ella, dejando de lado sus lentes, las agujas de tejer, dando un sonoro golpe con el tacón sobre el piso de madera. -Es que no somos capaces de hacer nuestras monedas siquiera? Hijo, no me vengas con pendejadas!!!
-Madre-, hablo sin exaltarme, sintiendome ganador -es que el país no posee maquinaria adecuada para sacar billetes con alta seguridad, imposibles de ser copiados. Al llegar la dolarización, perdimos mucho terreno en la fabricación de moneda local. Eso es tecnología de punta. Y por ello, hoy es mas conveniente pagar.
-Otra vez los chinos? -Se exaltó de nuevo.
-No. Los gringos, los franceses, los ingleses son los grandes fabricantes de monedas de muchos lugares, a fin de evitar dentro de sus fronteras una cadena de corrupción. Cada nación que manda a fabricar una cantidad de dinero pone a cambio su respaldo en dolares. Los barcos traen contenedores llenos de billetes (eso pasaba durante el gobierno de Mahuad) que son ingresados de inmediato a las bodegas de los banco centrales. Mi temor con este gobierno es que el insista en adquirir la maquinaria, que no cuesta un pelo de cochino y solo hay cinco o seis proveedores, y se dedique a fabricar moneda.
-Eso dará trabajo a mucha gente-, sonríe ella.
-Estoy de acuerdo. Pero a gente del gobierno. No te acuerdas cómo hace quince años mas o menos, algunos trabajadores del banco central fueron sorpendidos por las camaras de seguridad sacando fajos de billetes? Es una máquina milagrosa, simplemente: imprime dinero sin descanzo y como el loto: alcanza para todos y sobra.
-No pienses siempre en lo peor! Romulo, como que te conosco. Ya te me vuelves aburrido.
-Madre, insisto, es que no vislumbro luz a la salida del tunel, sino otra vez tinieblas. Con estas palabras nos fuimos a la cena. Allí, con la mesa puesta seguimos hablando.

Él sabe que tiene mucho carisma, que despierta pasiones en la gente, pero aprendió también –durante su tiempo de forajido- que en Ecuador un gobierno es destituido pronto. Él mismo lo dijo alguna vez -tras la caída del coronel Gutiérrez: "hay que botar cuantos gobiernos corruptos sea necesario, hasta conseguir un nuevo país". Un tenista de élite sabe que sus días de gloria acabarán cuando surja otro más joven. En política es cuando asome otro más audaz. Rafael Correa no cederá fácil su sillón a un intruso que quiera arrebatárselo, ni siquiera a sus seguidores y menos de la oposición. Lo de los grupos económicos es secundario. Unos engordan hoy con los negocios del estado, los otros igual con sus empresas privadas, ya que las leyes –durante la oscura noche liberal o socialista- fueron redactadas para favorecer justo a los más fuertes. Total, ambos grupos pertenecen a las mismas familias que gobernaron el país durante las últimas tres décadas. Mañana les toca el turno a los otros, de la mano de Correa o de cualquier advenedizo que gane las elecciones, que pueden ser en 50 años, tal el ejemplo cubano, de acuerdo a los sueños del actual gobernante.

Ojala prime la razón durante sus años en el sillón presidencial, no importa si son décadas, si después de aquel tiempo, nuestros nietos, como ahora en Corea, viviendo alguna vez en un país próspero, con trabajo estable, bien remunerado, con planes de salud y jubilación digna, van a visitar el museo de la pobreza -como hoy en Seul- y ven con espanto y compasión a la vez, cuán duro fue la vida de sus padres, abuelos y admiran a la vez cómo ellos con empeño y amor al trabajo conviertieron su nación pobre, subdesarrollada en un país próspero. Aunque si ocurre ello en el futuro, deberán también abrir el museo de la infamia, para que -viendo la miseria intelectual de nuestros gobernantes y el conformismo de nuestra parte- digan: nunca más de esto; tal las expresiones de los visitantes en el museo de la pobreza en Seul, y salen de nuevo a trabajar con entusiasmo por una Corea más grande y unida.