Se ofrece duplicar el bono de la pobreza, para ello se ordena a la gente que se beneficia con dicha suma la actualización de sus datos personales; mas cuando ellos se acercan a las oficinas con cédula en mano, se les pide a cambio afiliarse a alianza país.
Se duplica el bono de la vivienda: pero si se revisa la cantidad de beneficiados durante los últimos cuatro años uno no puede sentirse más que impotente y rabioso con tales cifras. De acuerdo a los últimos datos tenemos que se entregó 400 bonos de vivienda por año. Durante los últimos cuatro años se beneficiaron 1700 personas apenas. Supongamos que durante el mandato del actual gobierno se logre mantener esa constante, lo cual ya sería un triunfo, mas ello de ninguna manera solucionará el déficit de vivienda actual, que es de 300 mil viviendas anuales. Y ya que se duplica la cantidad del bono, de 1600 a 3200 dólares, que se multiplicara también el número de beneficiarios por cien -al menos, para creer en la buena fe del camarada presidente. Su promesa de campaña presidencial de trescientas mil viviendas por año ha desaparecido.
Se ofrece micro créditos de 300 dólares reembolsables: el inquilino (que no es lo mismo que el dueño) de Carondelet fue a Cotacachi y en medio de sonrisas, banda de pueblo y indígenas obligados a bajar desde sus comunidades, entregó los primeros veinte cheques con tales sumas. ¿Y quiénes fueron los beneficiados? Pues los que reciben el bono de la pobreza. Los trabajadores de alianza país seleccionan previamente a los que se prestaron para el show con el mandatario, con todo el aparato gubernamental, con su poder para manejar el evento y las imágenes entre las masas, previas a la consulta sobre la asamblea. ¿Cómo pagarán dicho crédito? ¡Se les descontará la mitad de los 30 dólares que reciben hoy del bono de la pobreza! Sin intereses, de tal manera que cada año “pagan” 180 dólares de su propio “obsequio”.
Se nos restriega en la cara cualquier paso dado por el gobierno para recordarnos que tenemos a alguien “trabajando por su pueblo”. Redundancia innecesaria. No se elige a un presidente para tenerlo de adorno en fiestas, cócteles y reuniones de amigos. Se lo elige para trabajar; pero ello no significa que éste tiene que sacárnoslo en cara a cada paso suyo ¡y con nuestros dineros! Un presidente debe velar por los intereses de los más débiles, ya que los demás actores de la sociedad son suficientemente fuertes y no necesitan de su figura. Los negocios siguen su propio ritmo. (Hoy no estoy de humor para retórica ni formalismos innecesarios.) Se nos inunda con publicidad cuando la labor del actual gobierno recién ha comenzado y lo lógico sería trabajar incansablemente, en silencio, y sólo cuando se vean los frutos de su labor hacerlos conocer a la comunidad. El buen gobernante labora con una paciencia de hormiga y al final de su mandato asoma para agradecer el estoicismo de nosotros por haberlo soportado durante cuatro años, y desaparece del escenario, a fin de que otro tome la posta y, con la boca cerrada, deja que sus hechos hablen por él en el tiempo.
Se agita el avispero y luego se busca otro asunto candente para distraer la atención. ¿Qué pasó con la banca privada? Ya lo dije anteriormente: éste sector estuvo y está tras la presidencia del señor Correa. Ello es usual en cualquier gobernante. Tras un mandatario elegido en las urnas hay un grupo de empresarios de todas las ramas de producción, sectores de los más variados intereses comerciales que mueven la economía y que se reparten el gobierno de una nación. Son clanes políticos, mafias, familias que tienen secuestrado a un país que depende mucho su bienestar de cuánto estos grupos están dispuestos a compartir con la mayoría de la población. Ellos siempre jalarán el agua a su molino, por supuesto, mientras nosotros se lo permitamos; ellos lucharán por mantenerse arriba, se mueven por un instinto de supervivencia y ello lo heredan a las demás generaciones en sus genes. Y para ello utilizan las masas a su favor, se valen de los medios de comunicación (que les pertenece); utilizan dineros públicos para hacer campañas de grabación en el alma con sus nombres, sus insignias, sus logotipos, colores, frases, canciones, preparándonos para estar siempre en campaña.
Mas no es ello de lo que quiero hablar hoy sino sobre la banca privada. A un mes de asumir la presidencia el señor Correa, la tasa de intereses había descendido al increíble dígito del 11%. Ello era mejor frente al 23% de hace cuatro años. Y se debió más a la recuperación del sector productivo ecuatoriano que a la buena voluntad del sector de la banca por bajar: cuando el horizonte económico aparece sin nubarrones, se adquiere un cierto nivel de estabilidad (productiva), los chulqueros saben que sus instituciones no corren riesgos y empiezan entre ellos a luchar por captar más clientes. En parte también porque los depósitos del exterior comenzaron a volver de a poco, y se inyectan nuevos capitales al sector financiero y por tanto productivo.
Actualmente hay una cantidad grande de dinero ocioso a nivel mundial, cerca de 350 billones de dólares que no tienen uso y que se hace todo lo posible por instalarlo en los mercados internacionales a través de líneas de crédito (BM, FMI) para usarlo en proyectos particulares de cada nación, (EE.UU. lo invierte actualmente en su guerra contra Irak), aunque son pocos los países que quieren endeudarse, pese a que las tasas de interés han bajado al 3 y 2% en plazos de 20 y 30 años respectivamente.
Entre ellos Ecuador. Hay nuevas naciones ricas –transformado en chulqueras– que andan ofreciendo también grandes sumas y que se han convertido en gran competencia para los entes financieros internacionales: Venezuela, Países Árabes, los mercados emergentes de Asia, como China, Singapur, Hong Kong… tienen suficientes reservas de dinero, sus economía se han fortalecido, trabajan en nuevos proyectos de desarrollo dentro de sus fronteras, pero no alcanzan a gastar tantas cantidades de inmediato y lo inyectan en la bolsa de valores, compran y venden acciones, prestan, donan a países amigos. Algunos disfrutan –como Ecuador, de una subida del precio internacional del petróleo y prefieren no adquirir nuevas deudas, como fue usual hasta hace tres años, para inyectar liquidez al sistema financiero de sus respectivos mercados interiores, pagar salarios o intereses de su gran deuda.
Pero volvamos a nuestro tema: El presidente Correa nos hace creer que con abrir su boca en contra de los bancos, éstos van a bajar de inmediato las tasas de interés. La trampa es que –justamente– con su imprudencia no está haciendo sino pagar favores de campaña: la banca invirtió para que él cumpla su sueño de llegar a ser presidente de banana republic y hoy ésta le pasa la factura y recibe su dinero con generosidad. Mientras al muchacho se lo ve alegre con sus zapatos nuevos (la presidencia) que no se los saca ni para dormir, la tasa de interés para los créditos ha subido otra vez al 15%. Y con tendencia al alza. Gracias a sus shows en la casa del vergara.
Y ¿cómo afecta esto a la producción nacional? Pues de la siguiente manera: cuando un productor o cualquier persona solicita un crédito bancario hay una cláusula específica sobre el tema relacionado a la tasa de interés. Y dice textualmente: ésta se regirá de acuerdo a la vigente en el mercado. Es decir, no se congela una cifra definitiva a pagar luego de adquirir la deuda, sino que ésta depende del vaivén del mercado financiero, y junto a otros muchos factores, del grado de confianza que un gobierno genere durante su mandato en los inversionistas y productores.
Con los ataques frontales a la banca, ésta le agradece mucho. ¿Qué chulquero es querido en algún lugar de la tierra, por más bueno que éste sea? Esos insultos e imprudencia valen dólares. Mientras más hable el presidente y no tome acción alguna, los deudores de la banca pagaremos también tasas de interés más altas, se reajustan; así de simple. Y los favores están pagados. La misma banca privada nos dice en sus spots publicitarios que ha entregado cerca de 12.500 millones de dólares en créditos para diferentes actividades. Que el lector tome una calculadora y saque el cuatro por ciento de interés mensual (cantidad que se incrementó en estos últimos meses) de dicha suma y ello multiplíquelo por tres meses, que ya lleva este asunto, sin que el presidente cumpla su palabra, y verá cuánto dinero está recuperando la banca gracias al inquilino de Carondelet
La mayoría del sector productivo trabaja justamente con la banca privada, puesto que carece de liquidez suficiente para mover su producción, y debe por tanto hacerse de nuevos créditos, (es como una maldición gitana, se cancela una deuda y se adquiere de inmediato otra), y pagar la tasa vigente en el mercado, a fin de seguir produciendo; no por que suben los intereses, éste sector puede renunciar a seguir endeudándose y moviendo la economía. Pueda ser que las tasas bajen, pero será de manera lenta, no rápido como subieron, y no creo que baje de nuevo al 11% este año.
Qué fácil es abrir la boca y no solucionar un solo problema. Retiró a nuestro embajador de Colombia en protesta contra las aspersiones con glifosato en la línea fronteriza y el embajador ya está de vuelta a Bogotá, ¡a cambio de nada! Inició un juicio contra el director del periódico la Hora y éste es un caso ganado desde la presidencia: no en vano tiene un congreso sumiso a sus intereses, un tribunal electoral pone alfombras, una fiscalía, una contraloría y una piche corte. Al señor Correa le conocí trabajando activamente por la candidatura del coronel, no le agradó ser nombrado –luego– asesor de economía –como premio a su contribución en sociedad patriótica, durante la vicepresidencia del insípido Palacio. Estuvimos juntos para echar al militar del gobierno y cuando la cosa se puso color de hormiga, se hizo plumas de CIESPAL. Abandonó a su amigo que horas antes le había nombrado su ministro de economía. Tal vez no me recuerde y de hacerlo seguro me va a pedir pruebas o me pone juicio a mí también. Quiero pruebas de esto que escribes en tu blog o te vas a la cárcel. Imposible presentar pruebas escritas. Ningún ladrón deja firmando su robo, ningún negocio turbio se graba, como lo hizo el señor Patiño y su último juego para mantenernos distraídos.
Los próximos en ser atacados serán los sindicatos de las empresas estatales, y claro que logrará adhesiones de la gente que desconoce las jugadas del poder. Pero nada allí se moverá. Después será el IESS. y así, con ataques y shows logrará consolidarse en la conformación de la mayoría de miembros para la asamblea. Allí pedirá la reelección: le fascina el poder, las luces y las cámaras. Pedirá plenos poderes… Ah, no vale la pena gastar demasiada energía en alimentar el egoísmo de las personas. Por suerte nada es eterno. El pez muere por su boca.
Esperemos que el señor Correa se dedique a escribir las páginas límpidas y elocuentes de su historia, no a lavar los platos sucios de la cocina; aunque también le apoyaría en ello si fuera allí por donde quiere comenzar a esculpir su nombre; con decisión y humildad, con trato fuerte si el caso lo amerita, puesto que su fracaso será también el fracaso del país.
Se duplica el bono de la vivienda: pero si se revisa la cantidad de beneficiados durante los últimos cuatro años uno no puede sentirse más que impotente y rabioso con tales cifras. De acuerdo a los últimos datos tenemos que se entregó 400 bonos de vivienda por año. Durante los últimos cuatro años se beneficiaron 1700 personas apenas. Supongamos que durante el mandato del actual gobierno se logre mantener esa constante, lo cual ya sería un triunfo, mas ello de ninguna manera solucionará el déficit de vivienda actual, que es de 300 mil viviendas anuales. Y ya que se duplica la cantidad del bono, de 1600 a 3200 dólares, que se multiplicara también el número de beneficiarios por cien -al menos, para creer en la buena fe del camarada presidente. Su promesa de campaña presidencial de trescientas mil viviendas por año ha desaparecido.
Se ofrece micro créditos de 300 dólares reembolsables: el inquilino (que no es lo mismo que el dueño) de Carondelet fue a Cotacachi y en medio de sonrisas, banda de pueblo y indígenas obligados a bajar desde sus comunidades, entregó los primeros veinte cheques con tales sumas. ¿Y quiénes fueron los beneficiados? Pues los que reciben el bono de la pobreza. Los trabajadores de alianza país seleccionan previamente a los que se prestaron para el show con el mandatario, con todo el aparato gubernamental, con su poder para manejar el evento y las imágenes entre las masas, previas a la consulta sobre la asamblea. ¿Cómo pagarán dicho crédito? ¡Se les descontará la mitad de los 30 dólares que reciben hoy del bono de la pobreza! Sin intereses, de tal manera que cada año “pagan” 180 dólares de su propio “obsequio”.
Se nos restriega en la cara cualquier paso dado por el gobierno para recordarnos que tenemos a alguien “trabajando por su pueblo”. Redundancia innecesaria. No se elige a un presidente para tenerlo de adorno en fiestas, cócteles y reuniones de amigos. Se lo elige para trabajar; pero ello no significa que éste tiene que sacárnoslo en cara a cada paso suyo ¡y con nuestros dineros! Un presidente debe velar por los intereses de los más débiles, ya que los demás actores de la sociedad son suficientemente fuertes y no necesitan de su figura. Los negocios siguen su propio ritmo. (Hoy no estoy de humor para retórica ni formalismos innecesarios.) Se nos inunda con publicidad cuando la labor del actual gobierno recién ha comenzado y lo lógico sería trabajar incansablemente, en silencio, y sólo cuando se vean los frutos de su labor hacerlos conocer a la comunidad. El buen gobernante labora con una paciencia de hormiga y al final de su mandato asoma para agradecer el estoicismo de nosotros por haberlo soportado durante cuatro años, y desaparece del escenario, a fin de que otro tome la posta y, con la boca cerrada, deja que sus hechos hablen por él en el tiempo.
Se agita el avispero y luego se busca otro asunto candente para distraer la atención. ¿Qué pasó con la banca privada? Ya lo dije anteriormente: éste sector estuvo y está tras la presidencia del señor Correa. Ello es usual en cualquier gobernante. Tras un mandatario elegido en las urnas hay un grupo de empresarios de todas las ramas de producción, sectores de los más variados intereses comerciales que mueven la economía y que se reparten el gobierno de una nación. Son clanes políticos, mafias, familias que tienen secuestrado a un país que depende mucho su bienestar de cuánto estos grupos están dispuestos a compartir con la mayoría de la población. Ellos siempre jalarán el agua a su molino, por supuesto, mientras nosotros se lo permitamos; ellos lucharán por mantenerse arriba, se mueven por un instinto de supervivencia y ello lo heredan a las demás generaciones en sus genes. Y para ello utilizan las masas a su favor, se valen de los medios de comunicación (que les pertenece); utilizan dineros públicos para hacer campañas de grabación en el alma con sus nombres, sus insignias, sus logotipos, colores, frases, canciones, preparándonos para estar siempre en campaña.
Mas no es ello de lo que quiero hablar hoy sino sobre la banca privada. A un mes de asumir la presidencia el señor Correa, la tasa de intereses había descendido al increíble dígito del 11%. Ello era mejor frente al 23% de hace cuatro años. Y se debió más a la recuperación del sector productivo ecuatoriano que a la buena voluntad del sector de la banca por bajar: cuando el horizonte económico aparece sin nubarrones, se adquiere un cierto nivel de estabilidad (productiva), los chulqueros saben que sus instituciones no corren riesgos y empiezan entre ellos a luchar por captar más clientes. En parte también porque los depósitos del exterior comenzaron a volver de a poco, y se inyectan nuevos capitales al sector financiero y por tanto productivo.
Actualmente hay una cantidad grande de dinero ocioso a nivel mundial, cerca de 350 billones de dólares que no tienen uso y que se hace todo lo posible por instalarlo en los mercados internacionales a través de líneas de crédito (BM, FMI) para usarlo en proyectos particulares de cada nación, (EE.UU. lo invierte actualmente en su guerra contra Irak), aunque son pocos los países que quieren endeudarse, pese a que las tasas de interés han bajado al 3 y 2% en plazos de 20 y 30 años respectivamente.
Entre ellos Ecuador. Hay nuevas naciones ricas –transformado en chulqueras– que andan ofreciendo también grandes sumas y que se han convertido en gran competencia para los entes financieros internacionales: Venezuela, Países Árabes, los mercados emergentes de Asia, como China, Singapur, Hong Kong… tienen suficientes reservas de dinero, sus economía se han fortalecido, trabajan en nuevos proyectos de desarrollo dentro de sus fronteras, pero no alcanzan a gastar tantas cantidades de inmediato y lo inyectan en la bolsa de valores, compran y venden acciones, prestan, donan a países amigos. Algunos disfrutan –como Ecuador, de una subida del precio internacional del petróleo y prefieren no adquirir nuevas deudas, como fue usual hasta hace tres años, para inyectar liquidez al sistema financiero de sus respectivos mercados interiores, pagar salarios o intereses de su gran deuda.
Pero volvamos a nuestro tema: El presidente Correa nos hace creer que con abrir su boca en contra de los bancos, éstos van a bajar de inmediato las tasas de interés. La trampa es que –justamente– con su imprudencia no está haciendo sino pagar favores de campaña: la banca invirtió para que él cumpla su sueño de llegar a ser presidente de banana republic y hoy ésta le pasa la factura y recibe su dinero con generosidad. Mientras al muchacho se lo ve alegre con sus zapatos nuevos (la presidencia) que no se los saca ni para dormir, la tasa de interés para los créditos ha subido otra vez al 15%. Y con tendencia al alza. Gracias a sus shows en la casa del vergara.
Y ¿cómo afecta esto a la producción nacional? Pues de la siguiente manera: cuando un productor o cualquier persona solicita un crédito bancario hay una cláusula específica sobre el tema relacionado a la tasa de interés. Y dice textualmente: ésta se regirá de acuerdo a la vigente en el mercado. Es decir, no se congela una cifra definitiva a pagar luego de adquirir la deuda, sino que ésta depende del vaivén del mercado financiero, y junto a otros muchos factores, del grado de confianza que un gobierno genere durante su mandato en los inversionistas y productores.
Con los ataques frontales a la banca, ésta le agradece mucho. ¿Qué chulquero es querido en algún lugar de la tierra, por más bueno que éste sea? Esos insultos e imprudencia valen dólares. Mientras más hable el presidente y no tome acción alguna, los deudores de la banca pagaremos también tasas de interés más altas, se reajustan; así de simple. Y los favores están pagados. La misma banca privada nos dice en sus spots publicitarios que ha entregado cerca de 12.500 millones de dólares en créditos para diferentes actividades. Que el lector tome una calculadora y saque el cuatro por ciento de interés mensual (cantidad que se incrementó en estos últimos meses) de dicha suma y ello multiplíquelo por tres meses, que ya lleva este asunto, sin que el presidente cumpla su palabra, y verá cuánto dinero está recuperando la banca gracias al inquilino de Carondelet
La mayoría del sector productivo trabaja justamente con la banca privada, puesto que carece de liquidez suficiente para mover su producción, y debe por tanto hacerse de nuevos créditos, (es como una maldición gitana, se cancela una deuda y se adquiere de inmediato otra), y pagar la tasa vigente en el mercado, a fin de seguir produciendo; no por que suben los intereses, éste sector puede renunciar a seguir endeudándose y moviendo la economía. Pueda ser que las tasas bajen, pero será de manera lenta, no rápido como subieron, y no creo que baje de nuevo al 11% este año.
Qué fácil es abrir la boca y no solucionar un solo problema. Retiró a nuestro embajador de Colombia en protesta contra las aspersiones con glifosato en la línea fronteriza y el embajador ya está de vuelta a Bogotá, ¡a cambio de nada! Inició un juicio contra el director del periódico la Hora y éste es un caso ganado desde la presidencia: no en vano tiene un congreso sumiso a sus intereses, un tribunal electoral pone alfombras, una fiscalía, una contraloría y una piche corte. Al señor Correa le conocí trabajando activamente por la candidatura del coronel, no le agradó ser nombrado –luego– asesor de economía –como premio a su contribución en sociedad patriótica, durante la vicepresidencia del insípido Palacio. Estuvimos juntos para echar al militar del gobierno y cuando la cosa se puso color de hormiga, se hizo plumas de CIESPAL. Abandonó a su amigo que horas antes le había nombrado su ministro de economía. Tal vez no me recuerde y de hacerlo seguro me va a pedir pruebas o me pone juicio a mí también. Quiero pruebas de esto que escribes en tu blog o te vas a la cárcel. Imposible presentar pruebas escritas. Ningún ladrón deja firmando su robo, ningún negocio turbio se graba, como lo hizo el señor Patiño y su último juego para mantenernos distraídos.
Los próximos en ser atacados serán los sindicatos de las empresas estatales, y claro que logrará adhesiones de la gente que desconoce las jugadas del poder. Pero nada allí se moverá. Después será el IESS. y así, con ataques y shows logrará consolidarse en la conformación de la mayoría de miembros para la asamblea. Allí pedirá la reelección: le fascina el poder, las luces y las cámaras. Pedirá plenos poderes… Ah, no vale la pena gastar demasiada energía en alimentar el egoísmo de las personas. Por suerte nada es eterno. El pez muere por su boca.
Esperemos que el señor Correa se dedique a escribir las páginas límpidas y elocuentes de su historia, no a lavar los platos sucios de la cocina; aunque también le apoyaría en ello si fuera allí por donde quiere comenzar a esculpir su nombre; con decisión y humildad, con trato fuerte si el caso lo amerita, puesto que su fracaso será también el fracaso del país.
2 comments:
me ha gustado lo que expresa en su blog muchas de las entradas tienen muy buen material
le invito a un blog que no es mas que un intento de dar vida a un muerto hablando en metaforas
Osea al grupo de medicos!!!!
un saludo
Franklin
http://hospitalbacaortizresidentes.blogspot.com/
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